Los ‘campanazos’ coperos

Toledo, 2 – Real Madrid, 1. Temporada 2000-01, 1/32 de final (partido único)

Un modestísimo segunda b, el Toledo, ejecutaba al por entonces campeón de Europa cuando el torneo aún se jugaba en formato de partido único. El Real Madrid venía de alzarse con su octava corona continental, pero se encontró esa noche con Israel y Quini, dos relámpagos desconocidos que desarmaron en quince minutos a la defensa blanca, comandada por Iván Campo y Hierro. Savio marcó poco después, pero la indolencia incapacitó al equipo de Del Bosque, que se dejaba otro título en el camino tras perder ese mismo año la Copa Intercontinental ante el Boca Juniors. Así te lo contamos aquel día.

Figueres, 1 – Barcelona, 0. Temporada 2001-02, 1/32 de final (partido único)

Diez mil almas congregadas en el Municipal de Vilatenim contuvieron la respiración cuando Kali Garrido, delantero del Figueres, disparó a la meta de Reina, primerizo por aquel entonces. El balón tocó en Puyol y cambió de rumbo, bailó en el aire y traspasó la línea de gol. Las gradas estallaron. Era el minuto dos de la prórroga y tras silenciar durante hora y media los fusiles de Kluivert, Rivaldo y compañía, el Figueres estaba cerca de completar la mayor hazaña de su modesta historia. Tras el gol del Kali, el equipo se coaguló en torno a su guardameta para aguantar el tanto caído del cielo. Lo consiguieron, y el Barcelona, entrenado por Charly Rexach, dijo adiós a la Copa. Y como sucedería el año siguiente, el fiasco ocurrió en noviembre, un mes desde entonces negro en la mitología azulgrana. Así te lo contamos aquel día. 

Novelda, 3 – Barcelona, 2. Temporada 2002-03, 1/32 de final (partido único)

"No hemos hecho el ridículo". Van Gaal excusaba a su equipo, recién vapuleado por el Novelda y por su delantero, Madrigal, que emergió del anonimato para perforar tres veces la portería del debutante alemán Robert Enke. El Novelda, en un partido irreal, despachaba al Barcelona por segundo año consecutivo en las primeras rondas de la Copa. "Yo perdono", dijo Van Gaal entonces, disculpando los sonados errores que cometieron en el encuentro Frank de Boer y de su meta. Pero la eliminación enrareció aún más el curso de una plantilla que, aún con grandes jugadores —Mendieta, Riquelme, Xavi— acabaría por firmar el peor año de su historia. A final de temporada, Joan Gaspart, uno de los presidentes más longevos y controvertidos de la entidad, dejaría su cargo. Así te lo contamos aquel día.

Real Madrid, 4 - Real Unión, 3. Temporada 2008-09, vuelta 1/16 de final (ida 3-2)

El Real Madrid venía de perder 3-2 en el campo del Irún en un partido sorprendente. Para la vuelta, sin embargo, se preveía un paseo fácil de los blancos en Chamartín. El Real Unión no lo quiso así y alardeó de eficacia en el Bernabéu, logrando tres goles que, por su valor doble, le daban el pase a la siguiente ronda y anulaban el triplete de Raúl y el tanto de Bueno, un prometedor canterano. “Esta eliminación no está a la altura del club”, dijo Raúl, uno de los galácticos a los que el pequeño Real Unión volvió terrenales esa noche. El 7, luego, fue realista: “Tampoco es la primera vez que nos pasa”. Así te lo contamos ese día.

Alcorcón, 4 – Real Madrid, 0. Temporada 2009-10, ida 1/16 de final (vuelta 0-1)

Dos frases, o mejor dicho, un cántico y un extraño palabro se acuñaron en el estadio de Santo Domingo el 27 de octubre de 2009: “Eo eo eo, esto es un chorreo” y “alcorconazo”. Las inspiró un Alcorcón sónico, que le endosó cuatro goles al Real Madrid de Pellegrini ante un público entregado al juego de su equipo. A un lado, Borja Pérez, bigoleador, hacía diabluras de patio de colegio y volvía locos a Albiol y Metzelder. Al otro, Benzema y Raúl se miraban sin saber qué hacer. Tras la paliza, quedó la ilusión de que el 4-0 en contra era la premisa ideal para una de las viscerales remontadas blancas. No pudo ser: en el Bernabéu, 1-0 y gracias. Así te lo contamos ese día.

Mirandés, 2 – Espanyol, 1. Temporada 2011-12, vuelta cuartos de final (ida 2-3)

Hace dos años, Miranda de Ebro estaba en todas partes. Y Pablo Infante, banquero de día y cerebro del Club Deportivo Mirandés de noche, era ya un héroe comarcal. Tras dos gestas —victoria en dieciseisavos ante el Villarreal y en octavos frente al Racing—, el Mirandés se encontraba con el Espanyol en cuartos. En Cornellá, de ida, el partido acabó 3-2 para los blanquiazules. Y en Anduva, en el minuto 93 de juego, el encuentro corría empate a uno, dejando fuera al equipo del Ebro. En la última jugada, Infante botó una falta y Caneda asomó para embocar a la red. "Se lo contaremos a nuestros nietos", prometía el técnico, Carlos Pouso, poco después. En semifinales el Athletic les apeó, pero para entonces el milagro del Mirandés ya se había consumado. Así te lo contamos ese día.