“Han querido desestabilizarme”
Por vez primera conoció la tensión de la victoria, además de la de carrera. Nani Roma (Folgueroles, Barcelona; 1972) ganó el Dakar en coche diez años después de lograrlo en la categoría de motos. Pero aquél triunfo no fue este, los gestos feos, las declaraciones hirientes, la carrera infinita durante los tres últimos días en los que la presión fue máxima. No solo porque hubiera órdenes de equipo para darle un empujón final hacia la victoria (órdenes siempre hubo, dicen), sino por la rebeldía de su compañero Peterhansel, rival y amigo.
Pregunta. ¿Cómo era Nani Roma hace diez años?
Respuesta. Más joven. No me acuerdo mucho porque el tiempo pasa tan rápido… Tenía menos arrugas. Ahora me duele más la espalda y tengo un hijo más.
P. ¿En qué triunfo sufrió más, en 2004 o ahora?
R. Este. Seguro. La segunda semana fue muy dura. Aunque toda la carrera fue muy intensa porque cuando empiezas y todo el mundo te dice que seguro que ganas, cuesta mucho gestionarlo. Y lo hemos hecho. Es lo que más me satisface de esta victoria.
P. Después de lo que ha pasado en los últimos días, ¿está más contento por la victoria o más enfadado por cómo ha salido todo?
R. Estoy muy contento por la victoria. Que un piloto como Peterhansel se pare el último día para dejarme pasar quiere decir que algo he hecho bien durante la semana. He estado líder ocho días, el tercero está a una hora de distancia, y el cuarto a una hora y media. Hemos corrido súper bien el Dakar más duro desde que se celebra en Sudamérica, así que estoy súper contento.
P. ¿Qué es lo que más le molestó tras conocerse las órdenes de equipo?
Había consignas de equipo de bajar el ritmo, no de parar”
R. Sobre todo lo que hizo Stephàne, porque en el Dakar 2007 Mitsubishi paró la carrera para que él ganara. No entiendo por qué entonces no dijo que había órdenes de equipo. Además, esta vez no había unas órdenes claras, había orden de bajar el ritmo, no una consigna de parar, como sí ocurrió en la última etapa: ‘el sábado, en el kilómetro 138, Stephàne, te paras y Nani pasa’. Ya está.
P. Peterhansel y Roma eran amigos tres días antes de que acabara el Dakar, ¿lo siguen siendo?
R. Todavía lo somos. Ningún problema.
P. ¿Le inquieta pensar qué hubiera pasado sin esa consigna para garantizar su triunfo?
R. No puedes pensar en lo que podría haber sido. Al final lo que cuenta es quién ha ganado. He hecho una gran carrera, he trabajado fantásticamente con Michel (Périn, su copiloto). Lo demás no me interesa.
Sigo siendo amigo de Peterhansel, nungún problema”
P. ¿Cómo se gestiona la carrera desde el liderato?
R. Cuesta mucho, muchísimo. Más con el ambiente hostil que hay en el entorno, en el equipo. Hay mucha más presión. Tienes pilotos a tu alrededor, con los que convives cada día, que sabes que lo que quieren es desestabilizarte. Eso tienes que saber gestionarlo. Y he sabido hacerlo. A De Villiers, que está en otro equipo, no lo ves durante el día, pero sí he tenido aquí a Nasser (Al-Attiyah), por ejemplo.
P. ¿Fueron las dudas o un planteamiento más conservador lo que le llevó a perder la amplia ventaja que tenía con Peterhansel?
R. No, cometimos diferentes errores. Perdimos algunos minutos por pinchazos, pasamos siete minutos plantados en una duna… Hubo toda una serie de errores, a diferencia de lo que pasó en la primera semana, que lo hicimos muy bien. Todo eso hizo que nos encontráramos una situación complicada.
P. ¿En qué es mejor?
R. Creo, simplemente, que he tenido la suerte de correr muchos rallies este año. Y he ganado todos los que he corrido. Eso te da una seguridad.
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