Pizzi y Simeone, pasión por el juego
El Valencia y el Atlético se miden en medio de una moda en España por el entrenador argentino
“Mi padre era peluquero, y en la peluquería podían pasarse una hora discutiendo si el 9 debió haber disparado al arco o habérsela pasado al 10”. El entrenador Ángel Cappa explica así “esa pasión por analizar el juego” de su país, ahora que tres argentinos, Diego Simeone, Juan Antonio Pizzi y Gerardo Tata Martino, dirigen a tres de los grandes clubes en España, Atlético de Madrid, Valencia y Barcelona. Y van a medirse casi de corrido: esta noche en los octavos de final de Copa del Rey en Mestalla, Pizzi, recién aterrizado en Valencia, se las verá con Simeone, que recibe el sábado a Martino en el Calderón en un duelo decisivo por el desenlace de la Liga.
Como entrenadores, Pizzi y Simeone nunca se enfrentaron. Como jugadores, sí, en partidos épicos entre el Atlético de Antic y el Barça de Robson. Aunque Simeone fue baja en el 5-4 de los cuartos de final del 12 de marzo de 1997, cuando el cuadro azulgrana remontó los 0-3 de Pantic hasta el éxtasis del 5-4 de Pizzi, inmortalizado por el periodista Joaquim Maria Puyal al grito desgarrado de “Pizzi, sos macanudo”.
Los tres técnicos fueron campeones en Argentina. “Simeone ganó con Estudiantes [el Apertura de 2006] y con River [el Clausura de 2008] con un fútbol pragmático, aunque atacaba con más gente que Bilardo”, explica el periodista Ezequiel Fernández Moores; “El San Lorenzo de Pizzi [campeón en el pasado Apertura] podía ser dominado, pero tenía una vocación ofensiva (una osadía en la Liga argentina); y el Newell's de Martino [torneo Final en 2013] era el que más arriesgaba y salía jugando desde atrás”, añade.
“Simeone ha transformado el Atlético. Pizzi tiene una idea, pero está indefinido” Ángel Cappa
Hay una moda de entrenadores argentinos, asiente Cappa, como la hay de futbolistas españoles (“aunque no esperen que todos sean como Iniesta”, bromea). “Simeone traslada su carácter de jugador al entrenador”, reflexiona Cappa. “Todos son pequeños Simeones. Les transmite un compromiso alrededor de la garra, la confianza ilimitada, el no entregarse jamás... Simeone ha conseguido una transformación insólita: de los jugadores, de la directiva y de la hinchada. Ha pasado del Pupas a ganar en cualquier lado. Futbolísticamente, no hay demasiado. Reniega de la posesión, pero elige a los mejores jugadores. Pizzi tiene menos experiencia. Es un técnico sin definición. Apunta a una idea basada en fundamentos futbolísticos acompañados por lo anímico, aunque sin un esquema definido”. “Y Martino fue formado en una escuela purista de fútbol, la de Rosario, a través de Newell's, que se ha nutrido de jugadores sutiles y elegantes. Casi es una creencia religiosa. Responde a la filosofía del Barça”.
La guerra Menotti-Bilardo sigue. Ahora se llama Guardiola-Mou
Ahora que Carlos Bianchi y Ramón Díaz fracasaron en sus regresos al Boca y al River, respectivamente, son otros preparadores argentinos los que triunfan fuera de sus fronteras. Además de los españoles, hay otros dos seleccionadores que participarán en el Mundial: Jorge Sampaoli con la Chile que será rival de a España en la primera fase; y José Pékerman al frente de Colombia. Sampaoli es un bielsista declarado, partidario de la presión extenuante y la intensidad. Entre la huella chilena de Marcelo Bielsa destaca también Toto Berizo, campeón con O'Higgings en la Liga de ese país.
“Argentina siempre busca la perfección”, insiste Cappa. “Hay una escuela del análisis. Carlos Peuceles escribió cómo evolucionó el juego de Di Stéfano. Y Dante Panzieri [un tratado futbolístico de gran impacto]”. La guerra entre menottista y bilardistas está difuminada, piensa Fernández Moores. Cappa, sin embargo, piensa que sigue vigente. “Tiene otro nombre: Guardiola-Mourinho. Son dos estilos de vida. Hay gente a la que le interesa el juego y gente que solo quiere ganar”.
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