La Real vuelve a mirar a Europa
El conjunto donostiarra supera con solvencia al Granada (1-3) con Carlos Vela y Griezmann como estiletes y se coloca quinto
La Real vuelve a mirar a Champions por segundo año consecutivo. Apenas sin tiempo para recuperarse de la herida abierta en su orgullo por una acelerada eliminación de esta temporada, ha recargado sus opciones con victorias como la de anoche en Granada, inapelable, y que consolida una trayectoria ascendente de la mano de los inspirados Carlos Vela y Griezmann.
Tampoco esperó mucho tiempo el equipo realista para enseñar sus ambiciones en Los Cármenes. El mexicano Vela abrió la lata antes de la media hora de un partido que se movió vibrante, con un juego decidido por ambas partes y donde los locales siguen pensando que merecieron mejor suerte.
Granada, 1 - Real Sociedad, 3
Granada: Roberto; Foulquier, Mainz, Murillo, Angulo; Iturra (Riki, m. 67), Fran Rico, Yebda (Recio, m. 49); Piti, Brahimi y El Arabi (Ighalo, m. 77). No utilizados: Karnezis; Diakhaté, Nyom y Pereira.
Real Sociedad: Bravo; Carlos Martínez, Ansotegi, Iñigo Martínez, José Ángel; Markel Bergara, Rubén Pardo (Javier Ros, m. 92); Carlos Vela, Xabi Prieto, Griezmann (Seferovic, m. 89); Agirretxe (Elustondo, m. 82). No utilizados: Zubikarai; Zaldua, Cadamuro y Chory Castro.
Goles: 0-1. M. 29. Vela. 1-1. M. 37. Piti. 1-2. M. 42. Griezmann. 1-3. M. 64. Vela.
Árbitro: Clos Gómez. Amonestó a Recio, Riki y Xabi Prieto.
14.000 espectadores en Los Cármenes.
En realidad, el cuadro andaluz nunca perdió la cara ante una Real en más de una ocasión superior, con empaque en el centro del campo y una capacidad de morder en ataque que alteró el pulso de la defensa montada por Lucas Alcaraz. En esa fase de empuje, de pelear sin bajas las manos, el Granada igualó por medio de Piti, siempre dispuesto a estas tareas. A nadie le resultó extraño ni injusto que el duelo caminara por esos derroteros. Pero resultó un espejismo en medio de un carrusel de goles. En menos de un cuarto de hora, ya había llegado la sentencia por medio de tres tantos. Como no podía ser otro, vino Griezmann y desniveló el marcador. Fue un mazazo demasiado duro para los locales antes del descanso.
Apoyados en esta ventaja, más moral que otra cosa, la Real se esparció con más orden por el campo, dominando la situación y comprometiendo el esfuerzo de un Granada al que le empezaron a carcomer los nervios de quien quiere y no puede. Por si la empresa se antojaba complicada, por allí volvió a aparecer Vela y a los 64 minutos se acabó cualquier propósito de voltereta en el marcador.
Con este auténtico golpe de mano, la Real vuelve a presentar sus credenciales en un momento especialmente propicio porque le llega la tregua navideña en vísperas, precisamente, de ese derbi vasco ante un Athletic al que ya empieza a ver mucho más cerca. De momento, los realistas vuelan alto.
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