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Y los jugadores se plantan

Los jugadores profesionales fundan Bom Senso CF para exigir un calendario más corto que evite la multiplicación de lesiones

Jugadores del Corinthians y del Flamengo se plantan como protesta.
Jugadores del Corinthians y del Flamengo se plantan como protesta.Pedro Kirilos (Agencia O Globo)

Los jugadores de los principales equipos brasileños han transformado sus camisetas en banderas políticas. En las últimas semanas, antes de los partidos del Campeonato Brasileño, han convertido las canchas en púlpitos donde se abrazan, exhiben pancartas y se cruzan de brazos durante algunos instantes, con el balón ya en juego. El pasado día 13, durante el encuentro entre Flamengo y São Paulo, dueños de la primera y de la tercera mayores aficiones del fútbol brasileño, los dos equipos atrasaron un minuto el inicio del juego con pases de balón amistosos entre rivales. Entre los días 24 y 25 de noviembre, durante encuentros importantes como el que hubo entre el São Paulo y el Botafogo, los jugadores llegaron incluso a arrodillarse. Otros se sientan directamente sobre el césped. El objetivo es llamar la atención de la afición acerca de un calendario de encuentros que creen abusivo y excesivamente cargado.

Piden un calendario más reducido, que no permita 87 partidos en un año y lo comparan con Europa

Inspirándose en las manifestaciones sociales, el fútbol también ha despertado y exige que los dirigentes deportivos tengan “sensatez”, que es la traducción de Bom Senso FC, un equipo de fútbol creado por manifestantes que ya reúne a 1.000 jugadores profesionales de las series A y B. Entre ellos, las estrellas del São Paulo Rogério Ceni y Paulo Henrique Ganso; Alexandre Pato, del Corinthians; y Jorge Valdívia, del Palmeiras. Piden un calendario más reducido, que no permita 87 partidos en un año, como puede llegar a suceder con el São Paulo, por ejemplo, entre todas las competiciones. Y lo comparan con Europa, donde esta cifra puede rondar como mucho los 60 encuentros.

Los jugadores piden que el calendario respete el mes entero de vacaciones previsto en la ley laboral brasileña, que haya a lo sumo siete partidos cada 30 días y que se contemple un periodo mayor de entrenamientos, antes de la temporada. También quieren que los jugadores tengan voz en los consejos técnicos de los campeonatos y de las entidades deportivas para que opinen no solo sobre la agenda, sino también sobre las reglas de los torneos y sobre el precio de las entradas.

El movimiento comenzó informalmente entre jugadores que confesaban el cansancio que sentían tras los partidos. Y lo que al principio era un tema restringido a las conversaciones de los vestuarios ha ido ganando fuerza. La furia aumentó cuando el 20 de septiembre el calendario oficial de 2014 fue divulgado por la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y estaba más cargado por la Copa del Mundo. Algunos equipos tenían cuatro días de pretemporada y muchas menos vacaciones.

Los jugadores piden que el calendario respete el mes entero de vacaciones previsto en la ley laboral brasileña

Tres días después, crearon una página en Facebook para hacer públicas las quejas y se unieron 800 jugadores. Y formaron una comisión para negociar sus reivindicaciones con la CBF. Tras una primera reunión, esta prometió al grupo que garantizaría los 30 días de vacaciones en 2014, pero no llegó a un acuerdo sobre los demás puntos. “Fue una reunión inédita en la historia del fútbol brasileño. Pero, en la práctica, no cambió nada”, cuenta Alex, centrocampista del Corinthians y uno de los técnicos del Bom Senso.

La movilización dentro de los equipos llega en un momento delicado para la CBF, con elecciones presidenciales en abril, dos meses antes del Mundial. Mientras, los jugadores alegan que las lesiones han aumentado por la carga de partidos y el mal estado de los campos. “El fútbol brasileño cambió mucho desde los años setenta, se ha hecho más veloz, más intenso, y menos técnico. Los jugadores están más expuestos a las lesiones”, cuenta João Paulo Medina, expreparador físico de la selección brasileña.

Con la ausencia de estrellas en momentos importantes, los jugadores argumentan que el interés por el fútbol ha disminuido. La ocupación media en los estadios es del 38%, menos que en China (44%) y Rusia (63%). Sin una nueva ronda de negociaciones con la CBF, los jugadores amenazan con cruzarse de brazos y paralizar la última ronda del campeonato, en diciembre.

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