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Del pasado no se vive

España pierde en Sudáfrica un encuentro que comenzó entre celebraciones por el trofeo de hace tres años y que acabó con malas sensaciones en el juego y una lesión de Valdés

Iniesta se marcha de Furman.
Iniesta se marcha de Furman.ALEXANDER JOE (AFP)

Llegó España a Sudáfrica con un bonito traje nuevo para dar las gracias al cariño que un día le dispensó la afición local durante el inolvidable verano del Mundial de 2010 y se marchó de Johanesburgo con una derrota y con Valdés retirado por lesión (una posible rotura del gemelo de la pierna derecha), una situación que propició una esperpéntica situación sobre el césped al haber agotado La Roja los cambios. Lesionado Valdés, tras discusiones entre amabos banquillos, cuando ya Arbeloa se había puesto la camiseta del meta azulgrana, Reina tomó su relevo. España se tomó una concesión porque sí.

Habló Xabi Alonso para agradecer todo lo recibido y se juntó el Ministro de Deportes local, Fikile Mbulala, con Iker Casillas, el capitán de España, para levantar juntos el trofeo mundialista. Sonaron otra vez las vuvuzelas, y entre la fiesta apareció Parker, delantero del Twente, para recordarle con un tanto a la selección que la vida ya no es de color rosa.

SUDÁFRICA, 1-ESPAÑA, 0

Sudáfrica: Khune; Khumalo (Xulu, m. 46), Nthethe. Matlaba; Furman, Jali (Mokotjo, m. 49); Claasen (Tshabalala, m. 46), Manyisa (Zungu, m. 61), Parker (Patosi, m. 92), Rantie. No utilizados: Meyiwa; Vilakazi, Erasmus, Masilela, Chabangu, Mkhwanazi, Dikgacoi.

España: Casillas (Valdés, m. 46; Reina, m. 81); Arbeloa, Albiol, Sergio Ramos, Monreal; Xabi Alonso (Mata, m. 61), Busquets, Iniesta (Koke, m. 74); Pedro (Jesús Navas, m. 61) , Villa (Negredo, m.56) y Llorente (Cazorla, m. 56). No utilizados: Juanfran, I. Martínez, Bartra, A. Moreno y J. Martínez.

Gol: 1-0. M. 56. Parker.

Árbitro: Osiase Koto (LES). Amonestó a Tshabalala.

Soccer City: 30.000 espectadores.

A La Roja hace tiempo que no se le adivina un partido aliviado. No es que sufriera, es que mordió el polvo donde masticó gloria. Insistió España con pocas caras nuevas y volvió a sufrir. De los 11 titulares ante los Bafana-Bafana, solo Monreal, titular en el lateral izquierdo, no vivió en Sudáfrica el éxito de hace tres años. Funciona la mercadotecnia mientras Del Bosque y los jugadores intentan ocuparse del juego.

Avisó el entrenador de la necesidad de que este equipo deje de relamerse y mire al futuro, y pareció que le atendían sus chicos, en especial Iniesta, que jugaba en casa, y Villa, que se reivindicó otra vez de estilete, referente en ataque, lanza clavada en medio del debate sobre a qué delanteros debe citar el preparador dentro de unos meses para defender título en Brasil. El 7 apareció por banda y terminó de nueve. El asturiano tuvo a su lado a Pedro, que aportó lo suyo, y al que también le anularon un gol tras picar en un desmarque marca de la casa, y a Llorente, de nueve tradicional, aunque muy disperso. El riojano, como en Guinea Ecuatorial hace unos días, volvió a desperdiciar el gol cuando tuvo oportunidad, y se olvidó de sellar pasaporte al Mundial con una buena actuación.

A esta España, que no perdía desde la visita a Wembley el 12 de noviembre de 2011, le viene bien haber recuperado el mal gesto de Alonso, al meter la pierna al rival y al reclamar tensión a los suyos, en el pase y la presión, porque por mucho que la lección esté aprendida, bueno es saber que no basta con eso, hay que plasmarlo en el papel. Ya nadie duda de que mezcla fácil con Busquets, porque juntos arman equipo, probablemente más en el césped que fuera, pero a fin de cuentas es en el terreno donde se juegan los partidos. Pero con eso no basta, y ayer se dieron de bruces con la realidad de que del pasado no hay quien viva si no se asume que nada importa más que seguir caminando.

A España puede que le falte maldad y le sobre paciencia, pero llegados a este punto el debate no implica al nueve falso sino que avisa de que falta hambre. Ya no se atragantan los amistosos, o los compromisos contra equipos que se juntan en su área con la única voluntad de no perder ante el campeón, y no vale haber salido vivos de París, porque es evidente que relamerse tumbado en un diván solo lleva a creerse mejor que nadie, no a serlo.

Esperpéntico: España hizo un cambio de más para no quedarse con diez

Resulta que terminó por claudicar España, ya con Valdés en la portería, tras el descanso, cuando los Bafana-Bafana insistieron en correr y correr, llevados por una ilusión que ya no se adivina en La Roja como hace no tanto. Parker, el mejor del partido, un incordio desde el inicio, fusiló en una contra al portero del Barcelona.

El despertador sonó anoche, allí donde una vez los españoles fueron los mejores. Si quieren volver a serlo, parece haber llegado la hora de levantarse y recordar dónde estaba el camino que les llevó tocar al cielo, justo en el escenario donde ayer doblaron las rodillas. La derrota se volvió todavía más gris con la lesión de Valdés y el esperpento de los cambios.

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