La Roja se desmarca de Obiang
“El único motivo del partido obedece a cuestiones futbolísticas”, asegura Jorge Pérez, secretario general de la RFEF, que recibió el visto bueno del CSD antes de cerrar el amistoso en Guinea
La Federación Española de Fútbol (FEF) presentó el miércoles su nueva equipación en un teatro de la Gran Vía madrileña, uniforme que estrenará el próximo sábado en Malabo, capital de Guinea Ecuatorial. Un amistoso que ha puesto a la selección en el disparadero. Pactado y firmado el acuerdo para regresar a Johanesburgo, donde hace tres años España ganó el Mundial, dispuestos a cumplir con la tradición y la promesa de Ángel María Villar, presidente de la FEF, de volver al lugar del trono, no tenía contra quién jugar de camino. Tras hablar con la federación de Gabón y tener prácticamente cerrado un acuerdo con la de Angola, que se avenía a pagar más de un millón de euros, se rompió la negociación. La federación angoleña, oficialmente, renunció porque había destituido al seleccionado y no quería “hacer el ridículo” deportivamente hablando, según explican desde la federación española. Fue entonces cuando se activó la opción de jugar en Malabo, aseguran en Las Rozas.
Jorge Pérez , secretario general de la FEF, se acordó entonces de que la federación de Guinea Ecuatorial, “un país, deportivamente, hermano nuestro”, había pedido “mil veces” el favor de que la selección española asomara por el país. Dado que pillaba de camino a Johannesburgo, y que Villar estaba por la labor de visitar Malabo, la opción cuadraba. Solo se planteaba un problema: para ese fin de semana la federación guineana había pactado un amistoso con Eritrea — “o Sudán”, según se recuerda desde los despachos de Las Rozas—, un acuerdo que tardaron poco en romper para recibir al campeón del mundo.
La federación sostiene que no tiene previsto ningún acto con el presidente guineano
Pérez, que mantuvo las negociaciones, habló con Paco Gnomo, coordinador de la federación guineana, y con Andoni Goikoetxea, seleccionador nacional de aquel país, exinternacional español y que durante años trabajo en el cuerpo técnico de la federación. España puso dos condiciones: que Guinea se hiciera cargo de los gastos de hospedaje durante el día y medio que España estará en Malabo y que el estado del césped estuviera perfecto. Por eso, la FEF, antes de cerrar el pacto, envió a Antonio Limones, responsable de operaciones, para dar el visto bueno al acomodo y a las instalaciones que los internacionales utilizarán a partir de mañana, cuando aterricen de madrugada.
“No cobramos nada”, insisten desde la federación, que antes de cerrar el acuerdo consultó con la secretaría de estado para el Deporte por si la figura de Teodoro Obiang, presidente guineano, pudiera generar algún problema diplomático. “No hubo trabas”, refieren desde el organismo que preside Villar. Miguel Cardenal, secretario de Estado, confirmó este extremo a EL PAÍS.
Malabo corre con los gastos de la estancia de la expedición española
Fuentes de la FEF subrayaron que los futbolistas no pusieron pegas a la visita. “Jamás hemos recibido presión alguna del gobierno español para ir a jugar allí”, asegura Pérez al ser preguntado al respecto. “Vamos porque es una federación amiga, no le den más vueltas”, dijo a este periódico el alto ejecutivo de la federación, el hombre que tiene la última palabra a la hora de contratar los amistosos y más en este caso, en el que ni siquiera ha intervenido la empresa valenciana que acostumbra a pactar los amistosos. Por una vez España no cobra por la disputa del partido de preparación, más allá de viajar con los gastos pagados (hotel y desplazamientos). Lo mismo ocurre con el acuerdo pactado con la federación sudafricana. No hay, además, ningún acto oficial pactado con la diplomacia local, más allá de que nadie pueda impedir la presencia del presidente en el encuentro, cuestión que ayer no le constaba a la federación española.
“Yo solo hablo de cuestiones deportivas. Para otras cosas, hay que dirigirse a otra ventanilla”, enfatizó el seleccionador, Vicente Del Bosque, cuando se le preguntó sobre la conveniencia de visitar un país donde no existen libertades democráticas.
La FEF, que aclaró que no ha invitado al viaje a los campeones de 2010 que no están en la convocatoria actual, también desmintió haber aconsejado a los futbolistas guardar silencio respecto a cualquier cuestión que refiera a la dictadura del presidente Obiang.
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