Muere Albert Bourlon, el ciclista con la escapada más larga en el Tour
En 1949 ganó una etapa en la ronda francesa tras protagonizar una fuga de 253 kilómetros en solitario
Con la intención de embolsarse los 50.000 francos de prima que se repartían en los primeros 50 kilómetros de la etapa, Albert Bourlon, ciclista del equipo Centro-Suroeste se escapó en cuanto Jacques Goddet dio la salida en Carcasona a la 12ª etapa del Tour de Francia de 1947, el primero de la posguerra. Su fuga provoca sonrisas en el pelotón, habituado a las acciones locas de Bourlon, que nunca llegaban a ninguna parte. Sin embargo, más de ocho horas más tarde (8h 10m 11s exactamente) y 253 kilómetros más lejos, y después de atravesar el Portet d’Aspet y el col de Port, Bourlon cruzaba victorioso la meta de Luchon, en el corazón de los Pirineos. Como cuenta el periodista Pierre Carrey, antes de que llegara el pelotón, a Bourlon le dio tiempo de preguntar burlón a los comisarios ¿me habéis visto bien esta vez, no?, pues dos días antes se habían olvidado de incluir su nombre en las clasificaciones. Después se duchó y bien limpio, 16m 20s después de su llegada, fue espectador de la llegada del segundo, el belga Callens.
Si hay un récord imposible de batir en el Tour no es el número de victorias consecutivas (las cinco de Indurain una vez anuladas las siete de Armstrong) o la ventaja más grande obtenida por una escapada en solitario (los 22m 50s con los que el español José Luis Viejo ganó la etapa de Manosque en 1976), sino el que logró Bourlon aquel día, el de la fuga más larga: la ley ya no permite etapas superiores a 250 kilómetros. Al morir el miércoles, en Bourges (en el centro de Francia), Bourlon poseía otra plusmarca, la de gigante de la ruta más viejo vivo. El 23 de noviembre habría cumplido 97 años.
Pese a su hazaña en el Tour del 47, Bourlon, un ciclista, un ciclista de otra época, un ciclista de la era de Coppi, Bartali, Robic, Geminiani, Kubler y Vietto, no volvió a correr el Tour. Ninguna selección lo quiso enrolar. “Me vetan porque soy miembro del Partido Comunista”, se quejó Bourlon, quien añadió que esa militancia molestaba a Goddet, el dictador del Tour. Antes de la guerra, Bourlon trabajó en la Renault, donde destacó en el campo de la lucha obrera. Durante la guerra, en 1940, tras la ocupación francesa por los nazis, el comunista Bourlon fue internado por los alemanes en el stalag de Sagan, en Polonia, del que se intentó fugar en dos ocasiones. Bourlon es trasladado a otro campo de prisioneros de guerra, el de Fürstenberg, del que logra huir en 1943. Atraviesa Ucrania, Eslovaquia y Hungría, hasta llegar a Rumania en noviembre después de atravesar a nado el río fronterizo Tisza, helado en esa época. Al lado de esa fuga, lo de Carcasona a Luchon fue una broma evidentemente para Bourlon, quien permaneció un año en Rumania corriendo en el equipo Dacia, con el que ganó en 1944 la carrera más importante del país, la Bucarest-Ploesti-Bucarest.
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