El COI enfría la candidatura de Barcelona a los Juegos de Invierno
El presidente del comité, Thomas Bach, advierte al alcalde Xavier Trias de que antes debe promover más el deporte invierno de base
A la candidatura de Barcelona Pirineos para unos Juegos Olímpicos de Invierno le falta recorrido, estimulando el deporte de base para formar deportistas de alto nivel y organizando más campeonatos, para posicionarse en el mapa mundial de las disciplinas invernales. Este fue el mensaje que ayer le transmitió el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, al alcalde de Barcelona, Xavier Trias (CiU). Ambos se reunieron en Lausana (Suiza) para evaluar la viabilidad de la candidatura. El Consistorio, sin embargo, sigue sin decidir si se presentará o no a la competición para ser la sede de los Juegos del 2022 o de algún año posterior. El alcalde se reunirá hoy con los alcaldes del Pirineo y otras autoridades para evaluar la candidatura.
Bach y Trias también estuvieron acompañados por el presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco, y el responsable de Deportes de Invierno del COI, Gilbert Felli. El mensaje de Bach se parece mucho al que el pasado viernes manifestó el propio Blanco. Según fuentes del COE y del Ayuntamiento, el COI piensa que los Juegos de Barcelona 1992 y la organización de otros eventos importantes como los Mundiales de Natación de este verano muestran la gran capacidad organizativa de la ciudad. Sin embargo, no existe un plan deportivo fuerte en los deportes invernales y un programa así es fundamental para lograr ser sede. Por un lado, permite obtener deportistas que puedan obtener medallas. Por otro, genera empatía con la población. “Bach ha explicado que falta tiempo para lograr eso en el deporte español de invierno”, dijo una fuente municipal.
Este diagnóstico ya lo dibujaba, en 2012, el Plan estratégico de deportes de invierno de la Generalitat. Según el documento, los saltos de esquí; el biatlón (tiro y esquí de fondo); el luge y el bob (deportes con trineo) y el patinaje de velocidad —todos deportes olímpicos— no tienen ni instalaciones ni programas deportivos en Cataluña.
El estudio, de hecho, revela que solo seis deportes (esquí alpino, esquí de fondo, snowbording, hockey de hielo, patinaje artístico y esquí de montaña) tienen instalaciones y programas deportivos. “Se pierden muchos deportistas por el camino debido a la dificultad de continuar su formación académica en las comarcas del Pirineo”.
Otro dato que llama la atención del plan es que solo hay cuatro instalaciones para deportes de hielo en todo el territorio, y la experiencia organizando certámenes en este punto “es poco significativa” —la de nieve es un poco más consistente. Sin embargo, pone en valor la pista de hielo que durante Navidad se instala en la plaza de Cataluña como un hecho que “indica que hay potencial de crecimiento”.
Otro de los temas que preocupa a la Generalitat es el hecho de que “hay una falta de líderes y referentes deportivos en las diferentes disciplinas de invierno” y que “no exista ningún programa ni una campaña institucionalizada de promoción de los deportes de invierno en las escuelas del Pirineo”.
En este sentido, la candidatura, propuesta por el ex alcalde Jordi Hereu (PSC) en 2010, ha ido más rápida que la ejecución del plan de la Generalitat. Aunque no todo el mundo lo ve así. Fuentes cercanas a la candidatura consideraban que ser aspirante formal a los Juegos era un motivo para potenciar estas carencias.
Tras Madrid 2020
Al frente de la oficina técnica de la candidatura ha estado Enric Truñó y el dossier está terminado, a la espera de que Trias decida qué hacer. Pero el alcalde aún deshoja la margarita, con un pleno dividido: solo tiene el apoyo decidido del PSC y de Unitat per Barcelona. El PP ya le ha dicho que, de apoyar los Juegos, lo haría para 2026 o más adelante. Anoche cogía fuerza la idea de que Trias le comunicará a los alcaldes del Pirineo que el sueño olímpico se posterga.
Blanco y el ministro de Educación, José Ignacio Wert, le dijeron a Trias que le respaldarán en su decisión, pero aún ronda el fantasma del fracaso de Madrid 2020. Y la geopolítica del reparto de las sedes de cara a 2026 juega contra Barcelona.
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