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“Toda la cadena está dañada”

La crisis y la no elección de Madrid 2020 agudizan los problemas de los deportistas españoles para completar planificaciones que les permitan competir con garantías

Mireia Belmonte, durante los Campeonatos de España.
Mireia Belmonte, durante los Campeonatos de España. AITOR BOUZO (cordon)

La crisis económica que embarga a España ya había propagado la reducción de recursos en el día a día de la gran mayoría de los deportes olímpicos antes de que la candidatura de Madrid 2020 quedara descartada. Los deportistas, como los dirigentes federativos, albergaban la esperanza de que unos Juegos celebrados en la capital supondrían un acicate para paliar los problemas que, desde hace un par de años, afectan sensiblemente a su intento por afrontar con posibilidades de éxito este nuevo ciclo olímpico que culmina en Río de Janeiro 2016. La imposibilidad de competir con la frecuencia necesaria, la necesidad de compaginar empleos con el entrenamiento y las exigencias del deporte de alto rendimiento, la escasez de materiales y la imposibilidad de poner en práctica una planificación adecuada es el paisaje con el que se relacionan muchos de los mejores deportistas españoles.

“Por desgracia, sufrimos la crisis y seguiremos sufriéndola más ahora que los Juegos de 2020 no han sido para nosotros. No habrá tanto dinero invertido por el Estado, ni patrocinadores que se involucren, no puedes viajar y mantener el nivel. No se pueden pedir éxitos si no los trabajas”, admite Joel González, campeón olímpico mundial y europeo de taekwondo. “De momento, al estar arriba del todo, me he asegurado unos años de beca, pero siendo campeón del mundo, olímpico, dos veces de Europa, no sé si en 2015 cobraré o no. No tengo seguridad económica. Ahora vale, ¿mañana qué? Entre semana estoy en el Centro de Alto Rendimiento, y el fin de semana, con mis padres”, prosigue Joel antes de bajar un par de escalones para hablar de compañeros que no están a su mismo nivel: “Mi suplente olímpico, que hace todo como yo, Javier Marrón, cobra 300 o 400 euros al mes. A eso no me gustaría ni llamarle sueldo, son gastos, pasa de lo mísero”.

En el atletismo, el deporte rey de los Juegos, “todo la cadena está dañada por la crisis. Los atletas, los clubes, la federación... Y los estados de ánimos son muy bajos, sobre todo en algunos veteranos que han vivido tiempos mejores”, sentencia Ramón Cid, director técnico de la federación. “Hay menos planes de tecnificación y en España solo hay dos mítines. La posibilidad de hacer pruebas es más difícil”, continúa Cid, que apunta a la difusión de los valores del atletismo como el gancho para atraer patrocinadores: “Tenemos que reforzar ese mensaje. En estos momentos de incertidumbre no me atrevo a vaticinar en qué condiciones económicas y deportivas llegaremos a Río, aunque la genialidad seguro que aparecerá”.

Joel González, tras lograr la medalla en Londres.
Joel González, tras lograr la medalla en Londres.jeff mitchell (getty)

José Luis Abajo, Pirri, logró para la esgrima la medalla de bronce en Pekín 2008: “Algún tirador se ha tenido que pagar competiciones de su bolsillo. Coges un avión, un low cost, buscas una pensión barata, te organizas y te lo pagas”.

El exilio, en el mejor de los casos, es una solución para aquellos que tienen la oportunidad de salir fuera. José Javier Hombrados ha conquistado dos bronces olímpicos (Atlanta 1996 y Pekín 2008) bajo los palos de la selección de balonmano. La desaparición del Atlético de Madrid le ha convertido, a sus 41 años, en un deportista temporero. “Ahora jugaré un mes y medio en Alemania para hacer una suplencia. Luego iré al Líbano para jugar la Copa de Asia y después a Catar para cerrar la temporada”. La radiografía que Hombrados hace de la situación del balonmano español habla de sueldos que han bajado “hasta un 60 %”. Muchos de los mejores jugadores se marchan y los que permanecen han optado por buscar destinos locales: “Con sueldos de 1.500 euros muchos de mis compañeros han buscado equipos que están cerca de sus casas por la imposibilidad de poder pagarse una vivienda”.

Pol Amat ha sido la gran estrella del hockey hierba nacional, retirado este verano, su visión del futuro también es pesimista: “A partir de ahora, los jugadores de la selección absoluta negocian con la federación la cesión de un porcentaje de sus becas de ADO para cubrir gastos de preparación. Se han hecho cada vez menos concentraciones y se han hecho preparaciones en torneos contra equipos de segunda fila, porque enfrentar a los de primera fila costaba demasiado dinero. Si esto no cambia habrá jugadores que dejen de entrenar para dedicarse exclusivamente a trabajar”.

Contadas las penurias de sus deportes, la autocrítica y algunas soluciones más allá de la aprobación de la Ley de Mecenazgo, también afloran. “En el balonmano no supimos crear las estructuras de márketing que nos permitieran ganar espacio mediático. En mi candidatura a la presidencia llevaba un proyecto para comprar espacio en los medios”, asegura Hombrados. “El deporte se tiene que promover desde los más jóvenes. El otro día fui a Tarragona y había un 24 horas de natación con mucha gente de la ciudad involucrada ¡La natación tiene que salir a la calle!”, apunta la nadadora Melani Costa.

“El modelo estatal de la alta competición en España tiene que cambiar. El alto nivel tiene que estar más implicado con patrocinadores que con subvenciones públicas. Si un país no tiene dinero tiene que darle prioridad a la salud, a la educación, a la economía. Hay que buscar patrocinadores, mostrar lo que haces, explicar tu proyecto, y desarrollar un plan de ataque, concluye Frédéric Vergnoux, preparador de Mireia Belmonte.

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