Pegamento Mascherano

Tata Martino, técnico del Barça, fue rotundo: “Con Puyol, Piqué, Mascherano, Bartra y ocasionalmente Adriano y Busquets, tenemos la posición del central cubierta”. Pero eso no impidió que el área deportiva tratara de fichar a Thiago Silva (PSG), primero, y a Marquinhos (traspasado del Roma al PSG), después. También pelearon por Agger (Liverpool) y, como última alternativa, por David Luiz (Chelsea), que más bien gustaba al presidente Rosell. Los dos últimos aceptaron la oferta del Barça, pero no así los clubes ingleses. Por lo que lesionado Puyol y descontado Bartra —no fue convocado contra el Atlético en la ida de la Supercopa—, Javier Mascherano (San Lorenzo, Argentina; 1984) sigue atornillado al eje de la zaga azulgrana. No es su sitio natural, mediocentro en la selección y en todos sus equipos hasta que llegó al Barça, pero como si lo fuera.

»Un paso hacia atrás.Aunque desde el club aseguran que Mascherano sigue sintiéndose mediocentro, el jugador entiende que su sitio está en la zaga, toda vez que Song está por delante en el eje. “Pero supo adaptarse rápido al equipo y a la nueva posición, lo que habla muy bien de Mascherano”, asegura Fernando Hierro, excentral del Madrid y la selección. Interviene Miguel Ángel Nadal, exzaguero azulgrana: “Su adaptación fue muy buena. Cuando te cambian de posición, estás más atento a todo”. Se suma Roberto Ayala, excentral de Argentina, Valencia y Zaragoza, entre otros: “Es listo y, por haber jugado toda su vida de pivote, sabe que no puede distraerse con la pelota”. Y remarca Hierro: “Al haber jugado siempre de mediocentro, se siente cómodo en la salida del balón porque atrás se tiene más tiempo para pensar”.

“Mascherano es el ejemplo a seguir, ojalá todos tengan ese amor a la camiseta”, decía de él Maradona 

»Una ‘quitanieves’. La temporada pasada Mascherano recuperó 365 balones en 39 partidos jugados: 9,35 de media, por detrás de Piqué (9,52), pero ampliamente superior a Puyol (6). Frente al Levante, el pasado fin de semana, birló 15 balones, más que ningún otro. “Lee muy bien las jugadas, sabe cuándo presionar y cuándo anticiparse y salir al corte”, le elogia Ayala. “Maneja muy bien los conceptos tácticos y una de sus grandes virtudes es su capacidad para posicionarse”, abunda Hierro. “A pesar de no ser muy alto, va bien por arriba. Quizá por su carácter competitivo. Cualidades que no le quitan calidad en la distribución del balón”, agrega Nadal. Completa Ayala: “Y a las que no llega de cabeza, corrige con las piernas; es muy rápido. Por eso rinde en el Barça”.

»Voz de mando. “Mascherano es el ejemplo a seguir”, decía Diego Maradona cuando era técnico de Argentina; “ojalá todos tengan ese amor a la camiseta”. El Pelusa entendía al Jefecito como el líder de su proyecto y lo premió con el brazalete. “Se nota que tiene ascendencia en el vestuario. Tiene mucha personalidad”, asegura Hierro. “Tiene voz de mando y eso le ayuda muchísimo para comunicarse con los compañeros”, agrega Ayala. “Su carácter y personalidad la transmite al equipo y es un punto de partida y de referencia para el resto de sus compañeros”, zanja Nadal.

»El ímpetu de la falta táctica. “El medio está acostumbrado a utilizar la falta en el uno contra uno. No así el defensa, que está en una zona de peligro y debe jugar con la capacidad de quite, de anticipación. Ahí, la falta no puede utilizarse como estrategia para detener un ataque rival”, reflexiona Ayala. Mascherano, en cualquier caso, tiene un promedio de 0,94 faltas por partido, mientras que Piqué (0,47) y Puyol (0,63) suman cifran inferiores. “El año pasado no estuvo tan fino en la marca, pero eso no es responsabilidad de un jugador, sino del equipo en general. El Barça no defendió tan bien”, asegura Nadal. Y Hierro remata: “Si bien brilla con la defensa adelantada, a veces también queda expuesto por ser el último defensa, donde se ven más los errores”.