Jiménez cae, Sergio emerge
El Pisha siente el "pellizco" de jugar el partido grande y el castellonense, ya sin presión, firma la mejor tarjeta del día
A quien llaman el hombre más interesante del golf le dio la vena moderna y se lanzó al campo con unos pantalones de cuadros. El primer liderato de Miguel Ángel Jiménez en un grande tras 36 hoyos bien valía el modelo el día que iba a estar bajo los focos. Hasta Mickelson decía que acudía antes al campo para verle entrenarse. El ya ganador más veterano del circuito europeo se plantaba ante la posibilidad de ser el de más edad en tener un grande, a los 49 años.
El Pisha despertó “con un pellizco por ahí dentro”, cosas de los nervios. Pero pronto vio que el día no iba a ser tan bonito como hubiera querido. En el hoyo dos casi se pasó de green tras una mala salida, acercó su bola pero falló un putt que parecía sencillo. Fue el anticipo de una jornada con malas sensaciones, errores con todos los palos, el juego corto perdido y el punto de mira con el largo desviado. Hasta que un doble bogey en el 16 acabó por ponerle de los nervios cuando desde el búnker cogió “demasiada arena” y la bola volvió a la trampa. La puntilla fue el bogey del 17. Fin del día: seis arriba, a seis de Westwood.
“¡El Pisha necesita hacer un menos cuatro!”, se animaba él mismo después. Nada de arrojar la toalla: “Seis golpes de diferencia en un links tan complicado como este todavía se pueden jugar”.
Cambió a peor Jiménez y a mejor Sergio García. ¿Es el mismo jugador el que el viernes está a punto de no pasar el corte con seis golpes sobre par y el que el sábado firma la mejor tarjeta del arriba, tres abajo? Son las mismas manos, pero no parece la misma cabeza. El castellonense volvió a dar muestra de esa extraña transformación que sufre en el microuniverso de los torneos grandes. Es capaz de pasar de lo mejor a lo peor, o al revés. Por eso es 59 grandes ya disputados ha acabado 18 veces entre los 10 mejores, pero también ha fallado el corte en 16 ocasiones.
"Por fin hoy he sentido que le pegaba bien, con más confianza, hacienco más lo que quería", comentó García, al fin hablando de buenos golpes. "Los dos primeros días no he tenido esta fluidez". Después de cuatro bogeys en los dos últimos hoyos las dos jornadas anteriores, esta vez se despidió con un birdie en el 18 y el puño cerrado. El Niño vuelve a estar en la lucha por un top ten. Sin presión, emerge su mejor versión.
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