La Roja, blindada
Las manifestaciones en Fortaleza obligan a las autoridades locales a aumentar la seguridad en torno a la selección española
Las autoridades brasileñas han aumentado la protección de la selección española desde la llegada a Fortaleza, militarizando la vigilancia prevista en un principio como consecuencia de las manifestaciones populares que se están produciendo en Brasil. En la Avenida Beira Mar de la capital del estado de Ceará, donde está ubicado el hotel de concentración, es habitual ver cada 50 metros parejas de la Policía Turística, que suele tomar la zona para tranquilidad de los visitantes.
Con motivo de la disputa de la Copa Confederaciones se aumentaron las dotaciones, pero a raíz de las manifestaciones, según fuentes de la federación, se ha aumentado el dispositivo de seguridad, con presencia militar. Más allá del dispositivo marcado por las autoridades locales, la federación española viaja con seguridad propia, supervisada por un miembro de la Oficina Nacional de Espectáculos de la Dirección General de la Policía Nacional, que se coordina con las autoridades locales. Además, la federación contrata para sus viajes a Raúl Jiménez, un madrileño con mas de 20 años de experiencia, que trabajó como escolta personal durante años de numerosas personalidades, entre ellos de Ronaldo durante la estancia del brasileño en el Real Madrid, y que ahora ejercer de director de seguridad de una empresa privada. Básicamente se encarga de coordinar la seguridad dentro de los hoteles y en los campos.
A los jugadores se les pide que no abandonen el hotel para evitar situaciones de peligro
Un trabajo que no le está resultando fácil dada la poca profesionalidad de los efectivos de los que dispone, especialmente desde la llegada a Fortaleza. Tanto en Recife como en Río de Janeiro los efectivos tenían mejor preparación y pese a ello, en la capital de Pernambuco se produjo un robo en las habitaciones de al menos 10 miembros de la expedición española, durante la disputa del España-Uruguay que abrió el campeonato, no solo de dinero, también de efectos personales. La Policía de Recife sigue investigando y sospecha de empleados del hotel. Durante muchos años la selección vivió en las concentraciones, blindada por efectivos de los cuerpos especiales de la Guardia Civil, dado que el equipo español fue durante mucho tiempo objetivo de ETA. A los jugadores de la selección se les ha instado a no abandonar las dependencias del hotel durante los próximos días, para evitar situaciones de peligro en una de las capitales más violentas de Brasil.
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