Márquez, perdón por adelantado

Del mismo modo que aprenden los niños a montar en bici, con una caída tras otra, así aprende Marc Márquez a volar a lomos de su RC213V. Y no es un tópico. Había ido acumulando lecciones, explicó él mismo, desde la primera carrera del año en Catar, donde siguió a Valentino Rossi. Luego tuvo opción de estudiar a su compañero de equipo, Dani Pedrosa, en Austin y también al campeón del mundo, Jorge Lorenzo, en Jerez. Aunque a quien más ha radiografiado es a su colega en Honda. “Es en quien me tengo que fijar, ya que llevamos la misma moto”, confesaba en Mugello, donde después de un fin de semana catastrófico hizo un esfuerzo por ver el lado bueno de las cosas.

“Este es un circuito muy técnico, he aprendido muchas cosas”. Lo dijo después de accidentarse en plena recta, en el punto más rápido del calendario de MotoGP; después de caer cuando rodaba segundo a falta de tres vueltas para el final de la carrera; eso sí, fue una carrera brillante, en la que no le pasó factura el terrible accidente del viernes, una prueba en la que por primera vez ganó posiciones en la salida en lugar de perderlas. Así que siguió acumulando conocimientos. Y los puso en práctica este fin de semana en Montmeló, un trazado con curvas rápidas de esas que no son su especialidad. Aunque parecía estar lejos de los favoritos durante los entrenamientos, aunque se clasificó sexto, tardó un pestañeo en pegarse a rueda de Pedrosa. No pierde comba el debutante.

Sabía que si dejaba los frenos nos tocaríamos, he decidido clavar el ancla”

Lo primero que hizo fue aplicar su más reciente incorporación, las salidas fulgurantes: desde la sexta a la tercera posición en un par de giros. Lo que a todo un campeón del mundo como Lorenzo le costó años aprender, él lo ha asimilado en cinco carreras. Luego fue capaz de algo que tampoco estaba ni siquiera en sus planes: resistir la carrera entera en tercera posición y subir al podio, de donde solo se bajó, a la fuerza, en Italia. “Detrás de ellos me sale todo más fácil, sabía que era importante salir bien e intentar seguirlos las primeras vueltas, para poder distanciarme del grupo. Lo que no imaginaba era que aguantaría toda la prueba”, apuntó. Pero lo hizo. Y hasta le quedaron fuerzas y gomas —“No he conservado neumático porque no me daba tiempo a hacer tantas cosas a la vez; he ido al límite desde la primera vuelta”, confesó— para intentar adelantar a Pedrosa.

Pero escogió mal el momento, dijo. Se equivocó en el dónde. Y terminó fallando también en el cómo, pues tan crítica era la situación de sus neumáticos que la moto le hizo un extraño cuando apenas unos centímetros le separaban de Pedrosa, que no fue consciente de la que se había librado hasta que el chico se lo confesó: “Lo primero que he hecho es pedirle disculpas a Dani. ‘Para cuando veas el vídeo, perdón, eh’, le he dicho”, indicaba con una enorme sonrisa. “Sabía que si dejaba los frenos nos tocaríamos, he decidido clavar el ancla”. Pero no tiene dudas. Por muchas miradas que haya puestas en él desde que chocó con Lorenzo en Jerez. En una última vuelta no se lo pensará jamás dos veces. Y no importa si delante está su compañero de equipo, afirmó. A ellos ya no les sorprende nada. Copie o no las referencias de Pedrosa, como dijo este que había hecho en Italia. “Creo que aunque nos den a nosotros la raqueta de Nadal, difícilmente podremos jugar como él. Marc está preparado para hacer grandes cosas antes de lo que yo lo estuve”, dijo Lorenzo. “No importa qué haga el fin de semana, siempre da un salto de calidad en carrera”, le alabó Pedrosa.