Cuatro equipos en la cornisa

Cuatro ciudades agarradas a la cornisa y otras ocho con la ilusión de sacarse el pasaporte para viajar por Europa el próximo curso. 90 minutos de transistores y emociones simultáneas que resolverán las últimas incógnitas de la Liga. Las principales, las del descenso, el más apretado desde 2010 con las tres condenas aún por adjudicar y cuatro equipos intentando esquivarlas. Un terremoto de suspiros con epicentro en Riazor.

Desmintiendo los tópicos, los gallegos, al menos en fútbol, suben y bajan. Deportivo y Celta ascendieron juntos hace un año y mañana al menos uno volverá a Segunda División. “Hubiéramos firmado hace unas semanas estar donde estamos”, reflexiona el veterano lateral blanquiazul Manuel Pablo en un mensaje que suscribe toda la caseta deportivista. En dos meses y medio, diez partidos de Liga, el Deportivo ha sumado 18 puntos, apenas uno menos que la Real Sociedad, que llega hoy a Riazor para defender sus opciones de jugar la Liga de Campeones. El conjunto donostiarra depende de un patinazo del Valencia en Sevilla. Desde que los de Valverde cayeron en Anoeta hace poco más de un mes han sumado cuatro victorias consecutivas en sus cuatro últimos encuentros, con un balance además de 10 goles a favor y ninguno en contra. Un sprint que le ha valido para remontar cinco puntos de desventaja y llegar con dos de renta al último partido. El que descabalgue de la carrera por la Champions entre Valencia y Real se hará con la única plaza definida de Liga Europa, para adjudicar las otras dos (a la que aspiran Málaga, Betis, Rayo, Sevilla, Getafe y Levante) habrá que esperar a los resultados finales sobre el césped y en los despachos del TAS.

Por abajo, al Deportivo, que en 2011 perdió la categoría con 43 puntos, le podría valer en esta ocasión con 35 para salvarse tras una escalada con la firma de Fernando Vázquez. “No me cambio por ninguno de los otros equipos que luchan con nosotros por la permanencia”, apunta el técnico. Necesita ganar para lograr el objetivo aunque un empate también se lo daría siempre que Celta y Zaragoza no venzan en sus partidos ante Espanyol y Atlético, respectivamente. Una derrota le dejaría a expensas de esos marcadores e incluso del Mallorca, que recibe al Valladolid con una petición de su entrenador Gregorio Manzano: “Marcar pronto para marcar el ritmo de la jornada”. El cuadro bermellón —sin Giovani Dos Santos, a quien la FIFA obligó a incorporarse a la selección mexicana en contra de los deseos de su club— solo tiene un 4,9% de opciones de salvación, frente al 17,2 del Zaragoza, 22,2 del Celta y 55,5 del Deportivo. En una decisión que no habrá hecho mucha gracia al resto de implicados en la lucha por la salvación, el Atlético, que nada se juega —como el Valladolid en Son Moix y el Espanyol en Balaídos— se presentará en La Romareda sin su principal activo goleador: Radamel Falcao, después de que ayer quedara oficializado su traspaso al Mónaco.

Será un final agónico con varios nombres propios. Todo apunta a que mañana será la despedida del gran Juan Carlos Valerón y, en Vigo, tampoco se espera la continuidad de Iago Aspas, que saldrá traspasado para que el Celta pueda hacer la caja que precisa para cumplir las obligaciones adquiridas en su procedimiento concursal. El Liverpool parece su destino. “Saldrá al mil por cien”, cuenta Abel Resino sin albergar ninguna duda. Unos se van y otros llegan, como Rubén Blanco, un chico de 17 años al que una lesión de Javi Varas concedió la oportunidad del debut la pasada jornada en Valladolid. Abel cuenta con él a pesar de que Sergio Álvarez, el teórico suplente de Varas ha apurado los plazos de recuperación tras una operación de clavícula. “Sorprende que a su edad tenga el control que tiene de sí mismo”, dice el ex portero sobre su meta juvenil. El Celta mirará a Riazor porque tendrá la primera opción para salvarse si su vecino no gana, pero en Balaídos tendrá que lidiar con un Espanyol en el que se alinearán dos reconocidos deportivistas: Capdevila y Colotto. “Me siento identificado con el Depor y quiero que siga en Primera”, deja claro el central argentino, uno de los héroes del deportivismo cuando el año pasado tomaron la escalera para subir.