El hueso muerto de Pablo
Dos años después de retirarse en París y someterse a dos operaciones en la rodilla, el uruguayo, campeón de dobles en 2008, vuelve con victoria
“En cuanto a mi historia, me gustaría mucho más hablar de eso cuando termine el torneo. Por supuesto que fue muy duro y no dejo de emocionarme al pensar en todo por lo que pasé”, dice el uruguayo Pablo Cuevas, tenista de pelo alborotado, tras doblegar 6-3, 2-6, 6-3, 5-7 y 7-5 al francés Mannarino. Hace dos años, Cuevas se retiró en Roland Garros. Desde entonces ha jugado cinco partidos. Le dolía la rodilla derecha. Hueso infartado, fue el diagnóstico. Hueso muerto, una porción, el dictamen. Cuevas, de 27 años, se operó en Argentina y estuvo seis meses de baja. No funcionó. Voló a Estados Unidos. Volvió a operarse. Resultado: otros tres meses con muletas, tras una intervención a rodilla abierta en la que le quitaron el cartílago.
“No quiero perder el foco de dónde debo estar. Uno empieza a valorar mucho lo que hizo, y se corre el riesgo de conformarse más fácilmente. Hay que ser más duro con uno mismo y no premiarse tanto”, cuenta el número 762 del mundo, 54 con el ránking protegido que puede usar durante 12 torneos, y que ahora se enfrentará al francés Simon. Cuevas, campeón de dobles en París junto al peruano Horna en 2008, ofrece a quienes le conocen ver el vídeo de su operación. Si está compitiendo en París después de pasar por eso es por algo. Este es un tenista de otra pasta, un enamorado del juego, porque sin amor no podría estar de vuelta tras sucesos tan terribles.
Hay que ser más duro con uno mismo y no premiarse tanto" Pablo Cuevas
El tenis es superación. Eso, romper los propios límites, saltar las barreras que se impone uno mismo, es lo que impulsa a Albert Montañés hasta segunda ronda, apurando en la treintena cinco mangas ante el estadounidense Johnson (6-4, 3-6, 6-3, 3-6 y 6-1) tras ganar el título de Niza el sábado. Eso, las ganas de seguir vivo, es lo que propulsa la remontada de otro español, Daniel Gimeno Traver, quien, roto en lágrimas mientras se retiraba en cuartos de final del Masters 1000 de Madrid (5-5 contra Andújar), se toma en París la revancha: remonta 4-6, 4-6, 7-6, 6-4 y 6-4 al argentino Mónaco. Eso, la pasión, el amor por el juego, le pone el broche a la jornada: el checo Berdych, el número seis mundial, se despide a la primera ante un Gael Monfils al que la grada lleva en volandas (7-6, 6-4, 6-7, 6-7 y 7-5) como si no quedara rastro de la lesión de rodilla que le ha tenido casi un año sin jugar.
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