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El momento de Mercedes

La velocidad del coche plateado a una sola vuelta y la dificultad de adelantar en Mónaco multiplican las opciones de Rosberg y Hamilton Alonso, tercero y cuarto en los ensayos libres

Oriol Puigdemont
Nico Rosberg, durante los entrenamiento en Montecarlo.
Nico Rosberg, durante los entrenamiento en Montecarlo.Antonio Calanni (AP)

El glamour que barniza el Gran Premio de Mónaco le va de perlas a Mercedes, una de las marcas de lujo de referencia, que encuentra en esta carrera la horma perfecta de su zapato, el mejor escaparate posible para promover esa imagen tan impoluta que vende el constructor de Stuttgart. Ganar en el circuito de Montecarlo es algo único, según dicen los que lo han conseguido alguna vez a lo largo de su carrera, y para la escudería de la estrella sería algo histórica porque nunca antes lo ha logrado, la mejor forma de defender su firme compromiso con el certamen.

En la coyuntura actual, si hay una pista a la medida de Mercedes esta es la que culebrea por las calles del principado, un trazado con trampas en cada rincón, el más lento del calendario y, en consecuencia, el más benevolente con los neumáticos. Ese es el verdadero caballo de batalla de la estructura alemana, cuya apuesta, el W04, ha demostrado ser el coche más rápido a una sola vuelta pero, en contrapartida, también el que más achicharra las gomas.

Sorprendentemente, Red Bull no encontró la fórmula para darle punta al RB9

Ese músculo que el bólido plateado esconde en su panza se ha materializado hasta ahora en tres pole position consecutivas, una para Lewis Hamilton (China) y dos para Nico Rosberg (Bahréin y Montmeló), y supone un significativo paso adelante en comparación con el modelo anterior. Un salto de calidad a tener en cuenta en cualquier escenario pero que esta vez puede convertirse en decisivo. La primera jornada de ensayos libres de la sexta prueba del curso dejó a Rosberg y a Hamilton al frente de la tabla de tiempos, aunque seguidos muy de cerca por los Ferrari de Fernando Alonso, el tercero, y Felipe Massa, el cuarto, a medio segundo del germano en el caso del brasileño. Mark Webber fue el quinto más veloz y su compañero, Sebastian Vettel, terminó el noveno, a más de un segundo de Rosberg, después de sufrir una avería en el KERS que le impidió rodar tanto como le hubiera gustado. Probablemente, el punto más llamativo de esta primera toma de contacto fueron los apuros de Red Bull. Al parecer, la tropa de la escudería energética no encuentra la forma de darle punta al RB9 ante la cronometrada de mañana (desde las 14.00 horas, Antena 3 y TV3).

“Si hubiéramos podido acercarnos a Nico, lo habríamos hecho”, se sinceró Webber, vencedor en la pasada edición y también en la del año 2010.

Llegado el momento de buscar un calificativo que defina las poles que se ha adjudicado Mercedes, el adjetivo más adecuado es, posiblemente, efímeras. Su prototipo es una flecha a una sola vuelta, con el tanque de combustible vacío y los compuestos más blandos. Sin embargo, esa velocidad que exhibe los sábados queda en nada los domingos por culpa del maltrato que le dispensa a los neumáticos. Ocurrió en China, donde Hamilton perdió el liderato a las primeras de cambio y coincidiendo con su primera visita a los talleres (quinta vuelta), y lo mismo le pasó a Rosberg en Bahréin (en el tercer giro) y en Montmeló (en el décimo). Esta vez, no obstante, a su favor cuenta con el perfil del terreno, una ratonera en la que adelantar es prácticamente imposible, circunstancia que obligará a tomar algún tipo de riesgo a quien posea mejor ritmo con el paso de los kilómetros.

“Estoy contento porque en todo momento me sentí a gusto. Creo que estaremos en condiciones de pelear por un buen puesto en la parrilla, aunque aún es pronto para decir que tenemos la pole asegurada. Otra cosa es nuestro nivel en las tandas largas; ahí aún tenemos algún problema”, reconoció Nico Rosberg, muy prudente para tratar de evitar que se le quede cara de bobo si mañana surge cualquier imprevisto. A pesar de ir con pies de plomo, tanto él como su compañero saben que su momento ha llegado y que es ahora o nunca.

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