Intxausti y los pequeños detalles
Unos pocos segundos en un ataque postrero devuelven al vizcaíno al top ten del Giro en una etapa que gana Navardauskas
Que Beñat Intxausti es de fuego, voluntad incontenible, no es noticia nueva en este Giro. El líder del Movistar lo prueba día a día desde la salida de Nápoles: con su maglia rosa fugaz cuando el diluvio de Pescara, con el sprint desaforado con Evans por la quinta plaza en la llegada a Florencia (aunque él, como Evans, como tres puestos por delante Betancur, creía que peleaba por la victoria de etapa, tan caótico es el pelotón, tan despistados andan los ciclistas, el día que los pinganillos sufren interferencias o llueve), con su ataque breve antes de lo más duro, el 20%, en el ascenso el martes al altiplano del Montasio, el hermano feo del Zoncolan…
Clasificaciones
Etapa
1. Ramunas Navardauskas (LIT/Gar) 4h23m14s
2. Daniel Oss (ITA)/BMC), a 1m8s
3. Stefano Pirazzi (ITA/Bar), a 2m59s
4. Salvatore Puccio (ITA/Sky), a 3m7s
7. Egoi Martínez (EUS), m.t
11. Juan José Cobo (MOV), a 3m25s
20. Beñat Intxausti (MOV), a 5m47s
General
1. Vincenzo Nibali (ITA/AST), 43h26m27s
2. Cadel Evans (AUS/BMC), a 41s
3. Rigoberto Urán (COL/SKY), a 2m4s
4. Bradley Wiggins (GBR/SKY), a 2m5s
9. Benat Intxausti (ESP/MOV), a 4m5s
Que Intxausti, vizcaíno de 27 años, es un ciclista moderno, de estos que saben que la diferencia la marca la suma de pequeños detalles (las ganancias marginales que dicen en el Sky, los maestros de la modernidad, o el arte del redondeo al alza que practican los tenderos desde la prehistoria) está también fuera de toda duda, pero por si acaso lo volvió a demostrar en el último kilómetro de la llegada a Vajont, donde atacó al pelotón por detrás de la fuga gigante para conseguir en solitario la 20ª plaza y una ganancia de 18s. Más que en la cantidad de segundos conseguida (escasa, pues se encontraba en la general a 4m 23s del siempre rosa Vincenzo Nibali) su movimiento audaz tuvo su recompensa en la calidad del tiempo: con esos segundos avanza dos puestos en la general (ya es noveno) y sobre todo, y ahí entra la llamada ganancia marginal, permite al coche de su equipo adelantar también dos puestos en la hilera de coches de equipos que sigue al pelotón. El Volvo de José Luis Arrieta saldrá el jueves camino de Treviso el séptimo de la fila, con lo que eso significa de mejora en la visión de la carrera, en la mejora de la calidad de las comunicaciones y en la velocidad de intervención en caso de necesidad (agua, pinchazos…).
Y por si fuera poco, el movimiento del fogoso Intxausti le sirvió al Movistar para dar sentido al día dedicado a la memoria en el Giro, ya que a su hombre en la fuga, el Cobo que aún se busca después de ganar la Vuelta de 2011, le faltó en el momento clave (cuando partió del grupo de 20 una locomotora de AVE de fabricación lituana llamada Ramunas Navardauskas) justo lo que le sobra al vizcaíno: llama, deseo y quizás fuerzas. Fue el día de la memoria (se llegaba a Vajont, sobre el pueblo nuevo de Pordenone, en Friuli, al lugar en el que aún persiste orgulloso e inútil, monumento a la estupidez hecho hormigón, el dique de 260 metros, en su momento el más alto del mundo, que embalsaba el agua del río Piave: sobre el embalse, un día de octubre de 1963, hace 50 años, cayó desde más de 1.000 metros media montaña en avalancha de millones de toneladas de roca. Del embalse surgió una ola de más de 100 metros que superó el dique e inundó el valle arrasando pueblos y vidas. Murieron 1913 personas), fue también el día más tranquilo del Giro para el inestable Wiggo (no llovió, no pinchó, no se cortó, no sufrió, no polemizó, no se cayó: esto es jauja) y fue, sobre todo el día de Navardauskas, un rodador inmenso que sin levantar su inmenso culo de su ligera bicicleta se llevó por delante a todo el que se podría oponer a su avance y venció destacado. Fue el de Navardauskas, de 25 años solo, un hombre de equipo que también sprinta (bonita victoria en el último Romandía) y contrarrelojea (maglia rosa un par de días en el pasado Giro tras la contrarreloj por equipos), un triunfo magnífico para el Garmin de Bingen Fernández (director vizcaíno del equipo norteamericano de Girona), que vio el martes en las montañas julianas, a la sombra del monte Canino, el hundimiento de su líder y razón, Ryder Hesjedal. Otro detalle, claro.
Primera etapa: 181 elevado a la 25=Wiggo en rosa
Segunda etapa: Wiggo viste de rosa a un amigo siciliano
Tercera etapa: Lo viejo, lo nuevo, lo rosa
Cuarta etapa: Robinson en los Apeninos
Quinta etapa: Wiggo y la soledad del sir
Séptima etapa: El fin del mundo en San Silvestre
Octava etapa: Nibali en rosa, comienza la carrera
Novena etapa: Insidias en la dulce Toscana
Décima etapa: Urán gana y Nibali confirma que el peligro es Colombia
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