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Entre el reto y la revancha

CSKA y Olympiacos se miden en semifinales con la final de hace un año en el recuerdo, cuando los griegos superaron 19 puntos de desventaja para proclamarse campeones

Krstic, del CSKA; Barzokas, entrenador del Olympiacos, Spanoulis, base del Olympiacos, Pascual, técnico del Barça, y Navarro, ayer en Londres.Foto: reuters_live | Vídeo: (EFE)
Faustino Sáez

“Lo nuestro no fue casualidad”, reivindica Vassilis Spanoulis cuando se le recuerda la final del año pasado en términos de sorpresa histórica. Lo cierto es que el cuadro griego protagonizó en Estambul uno de los triunfos más inopinados de la enciclopedia reciente cuando se sobrepuso al todopoderoso CSKA de Kirilenko y a 19 puntos de desventaja mediado el tercer cuarto para alzar el trofeo.

Spanoulis ha sido nombrado este jueves MVP de la presente edición. “Este galardón es una doble victoria: el reconocimiento a mi aportación y la satisfacción de traer a mi equipo hasta aquí para defender el título. Mi secreto es el trabajo y el equilibrio sin estridencias”, explicó el base, de 30 años. El griego releva precisamente en el palmarés a Kirilenko, elegido Jugador Más Valioso hace un año antes de fichar por los Minnesota Timberwolves de la NBA y antes del patinazo en la final.

El CSKA paladeaba su título de campeón poco antes del final del tercer cuarto (53-34) y sus jugadores, entre la suficiencia y la prepotencia, se dedicaban sobre la pista los gestos cómplices de quien se sabe ganador. Pero una canasta de Printezis a siete décimas para la conclusión cambió el final del cuento (61-62). La iluminación de Papanikolau en el tramo final (18 puntos, con 2 de 2 en tiros de dos, 3 de 3 en triples y 5 de 6 en libres) y el trabajo abnegado de Printezis obraron la gesta.

El recuerdo de la final del año pasado nos sirve para llegar mental y físicamente mejor preparados Krstic

Olympiacos buscó cambiar la dinámica del encuentro al inició de la segunda parte, pero su arrebato duró poco. Un par de triples de Khryapa y Kirilenko y los contraataques del cuadro ruso desmontaron el amago de reacción con otro estirón que parecía insalvable (53-34). Dusan Ivkovic, entre la resignación y la utopía, recurrió a la brega de su segunda unidad (Sloukas, Mantzaris, Keselj, Hines y Printezis) para salvar al menos la honrilla. Pero, en busca de la dignidad, se encontró el premio gordo.

Un parcial de 14-0 puso el marcador en 53-48 y devolvió la esperanza a la fervorosa hinchada griega. Teodisic perdió el oremus y Siskauskas y Kirilenko la mística. Printezis, que no había anotado hasta el último cuarto, de pronto mutó en un genio infalible. Siskauskas falló los dos tiros libres de los que dispuso con 61-60 y 9 segundos aun por jugarse y Olympiacos se encontró con el balón que valía para ganar el partido. Spanoulis buscó la penetración, atrajo a toda la defensa y asistió a Printezis desde la línea de fondo. Con un lanzamiento a una mano, el ala-pívot llevó al Olympiacos a la gloria más inverosímil.

“Espero que con aquello cubriéramos el cupo de mala suerte”, apuntó Messina en la víspera. El técnico italiano, de 53 años, que no estuvo en aquel episodio, regresa a la Final Four en busca de su quinto título que le convertiría en el segundo entrenador más laureado tras Obradovic. “El recuerdo de la final del año pasado nos sirve para llegar mental y físicamente mejor preparados que entonces. Llegar a la final ya es un reto y una presión suficiente. No sé si por encontrarnos con Olympiacos en el camino será mayor”, explicó Krstic, que sí estuvo en Estambul. Como hace un año, los griegos llegan con el cartel de víctima propiciatoria y en las casas de apuestas británicas su título de paga ocho euros a uno, mientras que su victoria en semifinales ante el CSKA cotiza poco más de tres euros. Serán 40 minutos de juego para resolver cuentas pendientes con la enciclopedia o desmentir la sorpresa griega de hace un año.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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