Una reacción vertiginosa
Nadal llega a cuartos tras encajar ante Youzhny el primer break del torneo, al que responde con un 3-0 para cerrar el duelo 6-2 y 6-3 ● “Vamos haciendo lo que podemos cada día”, dice sobre su rodilla ● Federer, campeón de 2012, cae con Nishikori
La plácida tarde que vive Rafael Nadal ante Mikhail Youzhny cambia en un segundo. Son los octavos del Mutua Madrid Open. El mallorquín domina 6-2, 3-1 y 40-40. Un saque que el juez de silla da como bueno y que Nadal reclama como malo (“¡Míralo luego por la tele!”) lo cambia todo. El mallorquín pierde el hilo del encuentro. Con la discusión aún en la cabeza, ve cómo Youzhny se lleva ese juego, él empieza a apoyarse con precaución sobre la pierna izquierda, e inmediatamente cede un break. Es 6-2, 3-3 y saque de Youzhny. El cambio del marcador fotografía las dificultades del escenario. Estos son los octavos de un masters 1000 y se compite a cara de perro. Nadal, que sigue jugando con la rodilla izquierda vendada, sutura la herida con un 3-0 (6-2 y 6-3 tras un doble break) que pone punto y final a un diálogo que había comenzado como un monólogo.
Lágrimas por unos cuartos
“Vamos haciendo lo que podemos cada día, así estamos, no es momento de hablar más de la cuenta”, dice cuando le preguntan por los apoyos en la pierna izquierda contra un rival que juega sin chispa.
Para eso también hay razones. Cuando el miércoles está muriendo, Youzhny aún sigue en los vestuarios. Eliminar a Nicolás Almagro en segunda ronda le obliga a apurar los tres sets y a consumir sus energías durante largos minutos que carcomen sus piernas. En mitad del partido, estira sobre uno de los postes de la red y pide la asistencia del fisioterapeuta. El esfuerzo deja al número 31 en manos de su rival del jueves. Por eso, en octavos, todo, lo bueno y lo malo, ocurre según el dictado de la raqueta de Nadal, que en cuartos se enfrentará con un tipo duro: David Ferrer, que doblega 7-5, 4-6 y 6-4 al alemán Tommy Haas, uno de los tenistas más en forma del circuito
Ahí el listón será otro. En Madrid ya no quedan mas que duras batallas. Que se lo digan al búlgaro Grigor Dimitrov, el hombre que despidó al serbio Novak Djokovic, y que cuando ya está bien instalada la noche del jueves cae frente al suizo Stan The Man Wawrinka (3-6, 6-4 y 6-1). Que le pregunten a Roger Federer: el campeón de 2013, en su primer torneo en casi dos meses, se despide 4-6, 6-1 y 2-6 ante el japonés Nishikori. Esa no es una derrota cualquiera. Pone el número dos mundial en manos del británico Andy Murray. Le hará llegar a Roland Garros con poco más de un torneo sobre tierra de preparación, porque antes de París solo queda Roma y en Madrid solo ganó un partido (Stepanek). Y acaba con la buena racha del rey de la altura en la capital: hasta ahora, el campeón de 17 grandes no había perdido nunca antes de semifinales.
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