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a canasta
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Aroma a final en Londres

A cinco días de su duelo en la Final a Cuatro, el Real Madrid y el Barcelona Regal solventaron de un plumazo sus derbis

Robert Álvarez
Mirotic entra a canasta ante Barnes.
Mirotic entra a canasta ante Barnes.J.J. Guillén (EFE)

A cinco días para su duelo en la Final a Cuatro de Londres, el Real Madrid y el Barcelona Regal solventaron de un plumazo sus derbis en la Liga Endesa. Lo que da a entender que, o bien están realmente fuertes, a otro nivel, o bien el Estudiantes y el Fiatc Joventut siguen con su competitividad muy recortada, en su línea de los últimos cursos.

Es de suponer que tanto Xavi Pascual como Pablo Laso se tomaran el compromiso con ciertas reservas, incluso como una oportunidad para afilar armas de cara al compromiso europeo. El Madrid venció por 93-82, a pesar de su flojo último cuarto (18-27). Y el Barcelona arrolló: 80-59, a pesar de las lesiones de Sada y Jawai. Ese fue el dato más preocupante para un Barcelona que ya compareció sin Wallace, con problemas en un brazo.

Mirotic fue el único jugador del Madrid que sobrepasó los 20 minutos en la cancha y Rudy, por ejemplo, estuvo en ella poco más de 14. En el Palau, Navarro no llegó a los 13 minutos y Tomic, apenas a los 16. El Madrid defendió en algunos momentos en zona, tal vez un ensayo para la cita en la Euroliga. El Barcelona dio cuerda a Todorovic, por necesidad o a expensas de los partes médicos de Jawai y Wallace, y también a Lorbek, camino de recuperar el estado de forma que le había distinguido en otras épocas.

El clásico en Londres será el segundo en una Final a Cuatro tras el que ganó el Barcelona en 1996 en París, con Aíto y Obradovic en los banquillos y Karnisovas y Arlauckas como máximos anotadores. Pero los precedentes en España son tantos y tan próximos que cabe preguntarse si Pascual y Laso serán capaces todavía de sacarse algún conejo de la chistera. La pizarra lo aguanta todo. Otra cosa, es el estado físico de los jugadores y la química con la que comparecen ambos equipos en la cita y, sobre todo, su estado emocional. No serán ajenos los últimos episodios. El extenuante y pendular playoff final de la pasada Liga dejó una huella profunda. Este curso, en la Supercopa, en Zaragoza, el triunfo fue para el Madrid (95-84); en la Copa, en Vitoria, para el Barcelona (111-108 tras una prórroga); en la primera vuelta de la Liga, el 30 de diciembre en el Palau, también venció el Barcelona (96-89, con 33 puntos de Navarro); y en la segunda, hace nueve días en el Palacio de Deportes, el ganador fue el Madrid (78-65).

El equipo de Laso, gracias a su estupenda trayectoria liguera y a su solvencia ante el Maccabi en los cuartos de final de la Euroliga (3-0), desembarca en Londres más fresco, menos baqueteado que el de Pascual. Al Barcelona se le han acumulado los deberes en la Liga —todavía no tiene asegurada ni siquiera la tercera plaza—, y sufrió un enorme desgaste en su eliminatoria europea ante el Panathinaikos (3-2). A eso se añade el preocupante trasiego en su enfermería. Pero una Final a Cuatro es punto aparte: un clásico en Londres, una semifinal con aroma a final, aunque dos días más tarde aguarden el CSKA o el Olympiacos.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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