A La Roja le duelen las dudas

Del Bosque es hombre de dudas y así lo reconoció tras ganar a Francia. Al seleccionador se le reconoce antes por sensato que por peleón, como a La Roja se la valora un estilo elegante como pocos ahora que se ha quitado el disfraz de toro. En París, el martes, paseó su vestido de Balenciaga contra el que no pudo competir el pret a porter de Deschamps. Los medios y la hinchada francesa admiraron el fútbol que desplegó España en un partido que se puede resumir, por contraste, en dos momentos puntuales. Iniesta se fue aplaudido y Matuidi expulsado tras dos patadas en un minuto.

Llegó España, cogió el balón y dejó claro quién es el campeón. Y bien que lo celebra Del Bosque, que siempre adusto, recordó nada más acabar el partido: “No estamos en Brasil, nos quedan tres partidos”. Lejos de sacar pecho, el seleccionador español se limitó a reconocer su debilidad ante quienes reclamaron un plan B tras el tropiezo contra Finlandia: “Soy hombre de dudas y pobre del que no dude”, dijo. Para Del Bosque, cada elección de jugadores “es un dolor”, pero si de algo no duda es de que, mientras mande él, mandan la pelota y los buenos jugadores.

Del Bosque está de vuelta y sabe del peligro de dejarse gobernar por una bandera que no sea la de darle la pelota a los mejores

Sabía el salmantino que llegarían los días sombríos y se preguntaba quién le cantaría, pero nunca sospechó que llegaran tan pronto y por tan poco. Así que el sábado por la mañana, tras el empate en Gijón, en el entrenamiento de Las Rozas, felicitó a sus jugadores por el partido y les recordó que habían jugado como debía. Del Bosque les avisó de que en Francia no había otro camino que insistir en esa idea, en la ortodoxia pura de un estilo. Y así lo hicieron.

Del Bosque está de vuelta y sabe del peligro de dejarse gobernar por una bandera que no sea la de darle la pelota a los mejores, pero ha pasado una semana dura por las dudas.

Dudó Mourinho de la verdad del premio que le concedió la FIFA por aclamación como el mejor entrenador del mundo, algo que le importo poco —"cosas de niños”, dijo—, pero le incomodó y le molestó que se siga poniendo en solfa los beneficios de un nueve falso. En esas apareció Ramos para decir que “la filosofía no se toca” y el grupo cerró filas y jugó a lo que sabe: 70% de posesión, 757 pases buenos, por 217 de Francia.

“Él nunca dudó, y nosotros lo tenemos muy claro, así que sabíamos que si teníamos que ganar en París solo había una manera”, reconoció Pedro, autor del gol. Un gol muy de España: se fue el nueve de referencia (Villa) y con uno mentiroso, llegó el gol. Otro tanto para Del Bosque, que ve cómo desde la Eurocopa la selección marca más goles con esa fórmula que con un goleador al uso.

España tuvo el 70% de posesión, con 757 pases buenos, por 217 de la selección francesa

“Vamos a jugar a fútbol como sabemos hacerlo", instó Del Bosque a los suyos, consciente de que solo ganarían siendo fieles a sí mismo. “La victoria fue un paso importantísimo para ratificarnos en nuestras ideas y en nuestras convicciones. Siempre entran las dudas. Yo soy de muchas dudas, aunque no las tenga. En algunas ocasiones cedo, en otras soy más flexible y al final hago lo que creo que tengo que hacer". Y entonces, gana España: en 70 partidos con Del Bosque en el banquillo, solo ha perdido dos. "El crédito es muy amplio”, reclamó Ramos. “No vamos a vivir del pasado, pero no se puede dudar de este equipo y de su actitud ni de su manera de hacer las cosas”, aseguró el central de Camas, que añadió: “Ganándole a Francia hemos hecho algo muy importante y lo hicimos en el pasado cuando conseguimos Euro, Mundial y Euro de manera consecutiva. Estábamos en una situación muy delicada y respetamos tanto las críticas como los halagos, pero al fin y al cabo te duele que un sector dude, porque es una selección que siempre ha dado la cara y ha dado su nivel”. “Somos la envidia del mundo”, reclamó Piqué. "Siempre es mejor que se dude cuando no alcanzamos la excelencia que estar como estábamos antes”, reivindicó Iniesta. O sea, antes de que La Roja cogiera la pelota para gobernar el mundo.