Soldado abre un partido indescifrable
El Valencia golea a un Betis competitivo pese a quedarse con uno menos muy pronto
La imprevisible narrativa del fútbol contempló un partido indescifrable. Comandado por un enérgico Valencia en el primer cuarto, igualado poco a poco por la solidez defensiva del Betis desde que se quedó con uno menos por la expulsión de Amaya y resuelto al final por un mal despeje de Paulão. Y un tiro enroscado de Jonas al palo alejado de Adrián. Precisamente Jonas, en una actuación personal muy desacertada, completó las paradojas de la noche y una goleada aparente pero engañosa. El cuadro de Valverde atacó como debía en la primera parte y se desangeló en la segunda, mientras el Betis apretó los dientes defensivos y compitió con uno menos hasta el último cuarto. Entonces se desplomó inopinadamente. El partido no hubo quien lo entendiera.
Un pase picado de Feghouli a la espalda de la zaga bética le desbrozó el partido al Valencia, premiando la intensidad de sus primeros minutos. Le permitió a Soldado encarar a Adrián y pensar por dónde quería disparar. Lo impidió Amaya al trabarle la pierna derecha desde atrás. El central bético reclamó que la falta era fuera. El árbitro la vio dentro, entendió además que era una opción clara de gol y envió a Amaya a la caseta. El penalti lo transformó Soldado con su maestría habitual: se esperó a que Adrián cayera hacia su derecha y la colocó rasa y muy suave a la izquierda del portero.
VALENCIA, 3 - BETIS, 0
Valencia: Diego Alves; Pereira, Rami, Mathieu, Guardado (Cissokho, m. 83); Parejo, Tino Costa, Banega (Canales, m. 66); Feghouli, Jonas y Soldado (Valdez, m. 51). No utilizados: Guaita; Barragán, Albelda y Viera.
Betis: Adrián; Ángel, Mario, Amaya, Nacho (Álex Martínez, m. 69); Campbell (Paulao, m. 19), Beñat (Nosa, m. 79), Cañas, Rubén Castro; Pabón y Jorge Molina. No utilizados: Casto; Chica, Nono y Vadillo.
Goles: 1-0. M. 16. Soldado, de penalti. 2-0. M. 84. Paulao, en propia puerta. 3-0. M. 92. Jonas.
Árbitro: Muñiz Fernández. Expulsó a Amaya (m. 15) con tarjeta roja directa y amonestó a Nacho, Rami, Mathieu,Jorge Molina, Ángel y Feghouli.
Unos 45.000 espectadores en Mestalla.
Tan valiente en la disposición de Pepe Mel, el Betis se abrigó al quedarse con uno menos: entró Paulão por Campbell y Castro pasó al interior izquierdo. Desde entonces, apenas salió de su campo. A la espera de alguna jugada aislada, alguna falta o disparo lejano que pusiera a prueba la pericia de Beñat, por ejemplo.
El Valencia cumplió con los cánones para superar a un rival en inferioridad numérica. Abrió el campo por las alas. Muy vivaracha la de Feghouli y João Pereira. Menos la de Guardado y Jonas. Alimentadas ambas por los trazos geométricos de Parejo, consolidado como mediocentro puro, el 5 argentino, si bien se encuentre arropado por Tino Costa y en menor medida por Banega.
El Betis recuperó la alegría tras el descanso. Y Molina encontró un resquicio entre el centro de la zaga local para meter un servicio vertical hacia Rubén Castro. A este lo agarró por detrás Mathieu, el árbitro concedió correctamente la ley de la ventaja y el disparo delantero canario se encontró con la parada de Alves. Los béticos le reclamaron y con razón la segunda amarilla para Mathieu.
El Valencia perdió el hilo del encuentro, presa de la incertidumbre y de la sustitución de Soldado, con un esguince de tobillo, por Valdez. Valverde entendió que debía tocar alguna tecla. Un taconazo al espacio de Canales levantó eventualmente a Mestalla. Y una cabalgada posterior de Rami, llena de potencia y de regates imprevisibles. A partir de estas acciones individuales, el Valencia recuperó el pulso. Y el centro enroscado de Canales precipitó el rechace involuntario de Paulão hacia su portería. El fin de una historia inexplicable.
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