Nadal y la espuela de Ferrer

El desierto de California espera a un aventurero. Rafael Nadal, que esta madrugada debutó con victoria en Indian Wells ante el estadounidense Ryan Harrison (7-6 y 6-3), es ese espíritu inquieto. El mallorquín ha disputado su primer partido en un masters 1000 y su primer torneo sobre cemento desde que en febrero volvió a jugar tras siete meses de baja por una rotura parcial de ligamento rotuliano y una hoffitis en la rodilla izquierda. Consumido más de medio año de sinsabores, el español se somete por primera vez al escrutinio de los tres pesos pesados del circuito, porque coincide con Novak Djokovic, Roger Federer y Andy Murray. En consecuencia, su camino por Estados Unidos, donde también le espera la cita de Miami, estará rodeado de peligros. Nadal decidió el viaje a Norteamérica con las entrañas —“Tengo que hacer caso a mi corazón”, concluyó— y espoleado por un resultado: cuando cerró su paso por por la gira sudamericana de tierra propinándole un 6-0 y 6-2 en la final de Acapulco a David Ferrer, el número cuatro, se consideró preparado para afrontar el examen de los mejores en su peor superficie, el cemento sobre el que se juegan Indian Wells y Miami.

Veremos cómo responde la rodilla en una superficie dura. Los resultados en la arcilla fueron positivos, especialmente porque la rodilla iba a mejor cada semana. Ahora probaremos aquí Rafael Nadal

“Los primeros partidos en pista rápida serán complicados, porque faltará capacidad de decisión a la hora de jugar los puntos importantes, porque la pista dura es diferente y nos quita salud, porque es la más agresiva para las rodillas y todas las articulaciones… Es una incógnita, pero si es capaz de dar el nivel que dio ante Ferrer, lo es también de darlo ante Murray, Djokovic o Federer”, razona Toni Nadal, tío y entrenador del campeón de 11 títulos del Grand Slam. “Pero no hay que lanzar las campanas al vuelo ni exagerar las reacciones cuando las cosas van mal”, dice el técnico sobre las consecuencias del brillante triunfo de su sobrino en México. “Para nosotros, como para todos, siempre fue difícil ganar. Cuando Rafael ha estado al ciento por ciento no lo ha ganado todo, así no hay razón para pensar que lo vaya a hacer ahora”, continúa sobre el torneo que Nadal celebró en 2007 y 2009. “Confío en que mantenga un buen nivel todo el año y ya veremos. Si le ganas 6-0 y 6-2 a Ferrer tienes que jugar muy bien. Es el número cuatro del mundo. Cada año mejora. Viene de ganar en Auckland y Buenos Aires y de hacer semifinales en el Open de Australia. Si no juegas a un nivel increíble, muy bueno, no le puedes ganar. Es clarísimo. El nivel de Rafael fue muy alto”, cierra.

El escenario, sin embargo, es radicalmente distinto al vivido en Sudamérica. Nadal pasa de la tierra al cemento y de los rivales desconocidos a los gigantes de la raqueta. Esta es una gira de dos masters 1000 en pista rápida, una prueba tan dura, un examen tan fuerte, que el español aún no ha decidido su presencia en la siguiente cita (Miami). Si ambos llegan a cuartos en Indian Wells, Nadal, que defiende los 360 puntos correspondientes a las semifinales de 2012, se enfrentaría a Federer.

El mallorquín no compite sobre pista rápida desde que abandonó antes de empezar las semifinales de Miami 2012 porque le dolía la rodilla izquierda. No celebra un título sobre cemento desde el otoño de 2010 (Tokio). Siente que acertó retrasando su vuelta a la competición hasta la gira invernal de tierra batida, donde celebró dos títulos (Brasil y Acapulco) y una final tras siete meses apartado de las pistas. Competirá reforzado por esos resultados: “Me siento muy bien, pero entiendo mi situación después de estar siete meses parado”, razonó, quizás recordando que la articulación empezó a molestarle precisamente hace un año. “Veremos cómo responde la rodilla en una superficie dura. Los resultados en la arcilla fueron positivos, especialmente porque la rodilla iba a mejor cada semana. Ahora probaremos aquí”.

El desierto es el principio. Nadal juega en Indian Wells, pero mira a Europa. Aunque sabe que el otoño y el invierno pueden darle el paraíso —no defiende ningún punto entre julio y diciembre, con lo que debería mejorar su ránking—, el mallorquín sueña con la primavera y el verano, precisamente donde vivirá un infierno para defender todos los puntos conquistados en 2012.

“Nuestra idea es ir en las mejores condiciones a la gira de Europa, afrontarla con las máximas garantías hasta Wimbledon”, razona Toni. “Si te empiezas a dejar cosas [en referencia a la decisión de jugar en Miami], tendrás menos opciones de ir a la Copa de Maestros de Londres. El objetivo es competir con los mejores en igualdad de condiciones”.