Mirotic conquista Kaunas

Cuando la moneda al aire la lanza Mirotic casi siempre suele salir cara. Entre el azar y la excelencia, el Madrid selló en Kaunas su novena victoria en el top 16 para seguir con paso firme en la Euroliga. Liderados por el montenegrino, que en 35 minutos firmó 31 puntos, 11 rebotes, dos asistencias y nueves faltas recibidas para un 37 de valoración, los blancos vencieron al Zalgiris tras una prórroga (104-105) en un partido de vibrantes vaivenes. Perdían los de Laso por cuatro puntos (83-79) a falta de 26s, pero, aprendiendo de su pasado reciente, se doctoraron en el arte de la carambola.

Dos tiros libres anotados por Mirotic (infalible con 18 de 18, récord en un partido del top 16 superando la marca de Navarro con 14) permitieron al Madrid agarrarse a la cornisa (83-81). McGrath falló el segundo de los suyos y Sergio Rodríguez acudió al 4,60 con una desventaja de tres para los blancos (84-81). El Chacho anotó el primero y falló el segundo, según el guion que más convenía a su equipo. Ahí apareció de nuevo Mirotic que capturó el rebote y empató el duelo. La chamba que les faltó en la Copa la encontraron en Lituania. Una prórroga sublime que concluyó 20-21 dio al Madrid otro triunfo tan sufrido como valioso en otra noche a remolque en la que se vieron hasta 30 triples entre ambos equipos (16 de ellos del Madrid).

Verdes y blancos encontraron un filón en la línea del 6,75 en los minutos iniciales. Tres triples de Lafayette y otros tantos de Llull convirtieron el arranque del partido en un desinhibido duelo de tiradores. Pero mientras el Zalgiris mezclaba el juego con penetraciones que desmontaban la defensa blanca, los de Laso eran incapaces de adentrarse en la pintura. El primer intento de dos del Madrid no llegó hasta los siete minutos del encuentro y el primer acierto se hizo esperar hasta los nueve. Solo la salida de Felipe y Carlos Suárez diversificó el repertorio madridista, pero para entonces los locales ya habían hecho camino (27-14, m. 8).

Lafayette y Darden tomaron pronto el mando de las operaciones y entre los hermanos Lavrinovic y Javtokas hormigonaron la zona lituana. El dominio del rebote (10-4 en el primer cuarto) dio confianza y solidez al juego del Zalgiris mientras el Madrid no encontraba ni el paso ni el acierto.

De partida, la necesidad se comió a la tranquilidad. Dos derrotas por la mínima ante Panathinaikos en Atenas (67-66) y ante los blancos en el Palacio (75-74) impidieron coger vuelo a los de Plaza en el inicio del Top 16 tras una notable primera fase. Lastrados por innumerables contingencias y lesiones, los verdes se movían en la cuerda floja y transformaron la urgencia en aplicación. Redoblaron la agitación gracias a la aportación episódica de Popovic y se dispararon en el marcador (40-26, m. 15).

Pero, en pleno zarandeo, un parcial de 4-14 liderado por Carroll y Llull permitió a los blancos enderezarse en la frontera del descanso (44-40, m. 20). Una vuelta de tuerca en la intensidad defensiva permitió al Madrid rebajar la producción anotadora de los verdes casi a la mitad. El Zalgiris pasó de los 29 puntos en el primer acto a los 15 del segundo y Felipe se encargó de equilibrar la batalla reboteadora.

Incapaces de contener el dinamismo de Darden y Lafayette -autores de 28 de los 61 puntos del Zalgiris en los tres primeros cuartos-, los blancos comenzaron de nuevo a contrapié tras la reanudación (53-42, m. 22). Sin embargo, confiado en su lujoso arsenal y amparado por remontadas pretéritas, el Madrid se puso manos a la obra. Una defensa en zona que mantuvo al conjunto lituano más de siete minutos sin anotar una canasta en juego y la aparición de Rudy bastaron para dar la vuelta al marcador (56-58, m. 28). Seis puntos consecutivos del escolta mallorquín (con dos triples) y otros tres aciertos más desde el perímetro de Carroll (sobresaliente con 21 puntos y cinco de siete en triples), Sergio Rodríguez y Mirotic silenciaron a la animosa hinchada lituana y parecieron desalentar a los verdes.

Pero si algo le sobra al Zalgiris es la abnegación. Plaza miró al banquillo y reclutó al joven Kuzminskas y la descarada aparición del pívot lituano de 23 años a punto estuvo de resultar determinante. Cuando el Madrid creyó que había cubierto el expediente se encontró con un enemigo que no tenía presupuestado que, con 11 puntos y tres rebotes, colocó de nuevo al Zalgiris en la frontera de la victoria (77-70 a 2m 25s para el final). Volvieron a rearmarse lo blancos luciendo una vez más su cuajo competitivo y su notable nómina de funambulistas que triunfaron de nuevo en la cuerda floja. Una victoria que les acerca al primer puesto del grupo y que deja casi eliminado al conjunto de Plaza.