Entre la excelencia y la patochada
El Rayo regala los dos goles y la victoria al Valladolid (1-2) tras una genialidad de Amat, que anotó el tanto franjirrojo con un zapatazo desde 45 metros
70 minutos de entretenimiento y 20 de espectáculo. Vallecas asistió a otra oda al fútbol vibrante con un final de traca en el que el Valladolid se llevó la victoria ante un Rayo cándido en las dos áreas. Regalaron los de Jémez los dos goles al conjunto pucelano, el primero en propia puerta y el segundo tras una pérdida de balón sin red de Gálvez, dejando en el anecdotario la genialidad de Amat. El central anotó uno de los goles de la Liga con un zapatazo preciso desde 45 metros pero no bastó para redimir los pecados de los locales. Entre la excelencia y la patochada, los franjirrojos exhibieron lo mejor y lo peor de su repertorio con un juego entusiasta desprovisto de artificios, pero estuvieron torpes en defensa y chatos en ataque.
El pequeño tapete vallecano anima a practicar la ida y vuelta sin descanso. Le cunde la entrada a los parroquianos que acuden a ver al Rayo. Fiel al ideario de Jémez, el conjunto franjirrojo puso intensidad, aplicación y criterio acaparando la posesión del balón desde el pitido inicial. Javi Fuego se encargaba de apuntalar el armazón, Trashorras y ‘Chori’ Domínguez lubricaban el engranaje y Piti, José Carlos y Casado afilaban la propuesta por la bandas. Un trajín indesmayable cargado de convicción que sin embargo no encontraba el premio en los remates de Baptistao, amañanado durante todo el partido.
RAYO, 1 - VALLADOLID, 2
Rayo Vallecano: Rubén; Tito, Gálvez, Jordi Amat, Casado (Delibasic, m. 81); Trashorras, Javi Fuego (Tamudo, m. 87); José Carlos (Franco Vázquez, m. 68), 'Chori' Domínguez, Piti; y Leo Baptistato. No utilizados: Cobeño; Arbilla, Jordi Figueras y Adrián.
Valladolid: Dani Hernández; Rukavina, Sereno, Rueda, Balenziaga; Álvaro Rubio, Lluís Sastre; Larsson, Bueno (Baraja, m. 85), Omar; y Manucho (Javi Guerra, m. 90). No utilizados: Jaime; Peña, Óscar, Lolo y Neira.
Goles: 0-1. M. 71. Amat, en propia puerta. 1-1. Amat, desde 45 metros. 1-2. M. 79. Manucho.
Árbitro: Pérez montero. Amonestó a 'Chori' Domínguez, Larsson, Bueno, Leo Baptistao y Sastre.
8.921 espectadores en Vallecas.
El Valladolid mientras se defendía adelantando la línea de presión hasta la frontal del área rayista agarrado a la fibrosa zancada de Manucho para prolongar el trámite de los ataques locales. Con esa fórmula y el prietas las filas en torno a la portería de Dani Hernández, los de Djukic lograron contener la embestida rival que con el paso de los minutos comenzó a languidecer. Le funcionó la idea al conjunto pucelano en el partido de la primera vuelta. En Zorrilla, golearon 6-1 a un Rayo temerario que colocó la trinchera en la frontera del centro del campo y se vio desarmado por los balones a la espalda de su defensa. Ha perfeccionado el plan los vallecanos a la hora de nadar y guardar la ropa con el paso de las jornadas. Pero aun así siguen pecando de inocencia e insensatez y en el tramo final del primer tiempo enseñaron las costuras.
Abandonó la guarida el Valladolid y con el regate de Omar, la picardía de Bueno y la llegada de Sastre, con zapatazo al larguero incluido, puso en apuros a Rubén que salvó a duras penas el asedio antes del descanso.
Entre la ausencia de ideas y la falta de fuerzas, ambos conjuntos se dieron una tregua para calibrar las opciones y los méritos acumulados. Jémez, castigado en la grada, decidió mover ficha y con la entrada de Franco Vázquez agitó el partido. Apunto estuvo el argentino de besar el santo nada más saltar al césped con un disparo cruzado que salvó Dani en dos ocasiones tras rearmarse para despejar el disparo de Tito en segunda instancia. No llegó el gol pero la ocasión fue el pistoletazo de salida a un vertiginoso final de partido.
Inició la fiesta el Valladolid cuando apenas quedaban 20 minutos para el final. Una falta lateral lanzada por Bueno se convirtió en un regalo para los de Djukic. Rubén y Amat no se entendieron en su intento de despejar el balón y el central franjirrojo marcó en propia puerta mientras pugnaba con Sereno. Arregló el borrón en un santiamén y a lo grande. Cerca de la línea del centro del campo oteó el horizonte, encontró a Dani adelantado y se animó con un latigazo tenso y medido desde unos 45 metros que superó al portero pucelano que apenas pudo rozar el balón con la yema de los dedos. El disparo de Amat, entraba por méritos propios en la enciclopedia rayista como el gol 600 de su equipo en Primera.
La genialidad de Amat desató el jolgorio en Vallecas y la ambición en los de Jémez. Pero en plena euforia dimitió el criterio y Gálvez entregó la victoria al Valladolid. En su afán por sacar jugado el balón, el central dejó el balón a los pies de Bueno con su equipo volcado en ataque, sin red. El delantero del Valladolid no desaprovechó la gentileza, se lanzó al área rival con decisión y asistió con clase a Manucho para que sellara la victoria visitante. Bueno tuvo la sentencia con un disparo a la cruceta y Tamudo el empate con disparo a bocajarro que despejó Dani pero ahí acabó el enésimo espectáculo futbolístico en Vallecas.
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