El Valencia se queda a medias

Ni el primer portero (Roberto) ni el segundo (Leo Franco) sino el tercero (Alcolea) mantuvo de pie al Zaragoza, con dos intervenciones en el último cuarto. Pese a sumar ocho jornadas sin ganar, le sobraron arrestos al Zaragoza para atacar en el último suspiro, aun con uno menos por la expulsión de Leo Franco, que había tocado el balón con las manos fuera del área. Acostumbrado a remontar a última hora, el Valencia quiso repetir la historia de sus últimas visitas. Ya estaban Soldado y Haedo Valdez esperando el centro perfecto. Lo metió Feghouli, pero lo frustró Alcolea al despejar el remate de Soldado. Blando y desafortunado en defensa —perdió por lesión a Ricardo Costa días después de perder a Rami—, el Valencia volvió a marcar de estrategia, el segundo de Jonas, liderando la tabla en los goles a balón parado, nueve, empatado con el Getafe.

Contra los elementos (mucho frío, mucho viento y un terreno resbaladizo), Apoño impuso su golpeo. Primero un penalti, fuerte y esquinado, evitando la estirada de Diego Alves. Su séptima tanto del torneo, todos desde los 11 metros. Y, más tarde, una falta lateral, enroscada desde la izquierda, a pie cambiado, a la que acudió Hélder Postiga para cabecear a bocajarro. El Zaragoza no engañaba a nadie: robar en el medio del campo y cabalgar a la contra, aprovechando la flojera valencianista en la salida del balón.

El primer balón lo perdió João Pereira ante Montañés. Postiga quebró a Víctor Ruiz y este, deslizándose, se lo llevó por delante. La segunda pelota la extravió Víctor Ruiz, propiciando el zurdazo de Rochina. Diego Alves respondió con un vuelo espectacular.

El Valencia redujo la brecha con un centro de Cissohko al que Soldado, en fuera de juego, amagó y permitió el remate de Jonas, que llegó por detrás. El Zaragoza entró en la misma tónica: robo y contra. Parejo era una víctima perfecta. Valverde reaccionó con la entrada de Banega por Canales. Pero seguía sin encontrar ni el juego ni los jugadores, ensombrecidos por la lesión muscular de Ricardo Costa justo cuando iba a entrar Piatti en el campo. Paró el cambio y entró Mathieu (bienvenido después de mucho tiempo) para ocupar el centro de la defensa. El Valencia es un equipo dotado para la estrategia. Esta vez Víctor Ruiz ganó el salto de cabeza. Prolongó hacia el poste derecho y allí Jonas empaló en el aire. Mathieu volvió a imponerse por arriba poco después y el Zaragoza entró en pánico. Lo pagó Leo Franco, sacrificado para evitar el gol de Soldado. Su sustituto, Alcolea, tenía dos opciones: ser una víctima o un héroe. Eligió la segunda. En la primera intervención, desvió la falta de Parejo. Y en la segunda, rechazó el tiro acrobático de Soldado. El Zaragoza acabó con dos córners a favor en el descuento, anulado un gol de Postiga tras un falta de Loovens al portero Alves. Era un empate muy intenso, tan amargo y tan dulce como quieran para ambos lados. Lo mejor para el Valencia fue el regreso prometedor de Mathieu. Para el Zaragoza, la sobria aparición de Alcolea, un héroe inesperado.