El quién es quién del caso
Además del velocista y su novia, asesinada, un abogado mediático, el fiscal y un policía acusado de siete intentos de homicidio protagonizan una trama en la que han salido a relucir Assange, los Mandela...
Es un juicio, pero a veces parece una obra de teatro. La fiscalía escenifica el asesinato de Reeva Steenkamp, y con palabras meticulosas describe a un hombre que se calza sus prótesis, avanza hacia una puerta y dispara de arriba abajo, "premeditadamente". La defensa pinta a un joven asustado en el momento de los hechos, con el corazón roto al descubrir su error, que intenta desesperadamente revivir a su pareja. En medio, van moviéndose las fichas, crece la tensión, el juez Desmon Nair cancela hasta cuatro veces su decisión sobre si le concede o no la libertad bajo fianza al acusado... y acaba reconociendo, tantas son las cámaras, tanta la atención pública, tanta la presión, que se encuentra "en una posición nada envidiable".
La cronología del caso
14-2-2013. Día de los enamorados. De madrugada, los vecinos escuchan gritos en la casa de Pistorius. Cuando la policía acude al domicilio, ya se han producido cuatro disparos y ha muerto la modelo Reeva Steenkamp, novia del velocista.
15-2-2013. Pistorius es acusado formalmente de asesinato por el juez. Rompe a llorar en el tribunal. Los investigadores argumentan que hubo premeditación en la muerte de su pareja, y su defensa pide que se fije una fianza y que quede libre.
16-2-2013. La prensa local revela que el velocista intentó reanimar a su novia. Al día siguiente, en el juicio, la policía explica que encontró un bate ensangrentado en su domicilio y su padre argumenta que "actuó por instinto" al creer que había un ladrón en casa.
19-2-2013. "Fui presa del pánico", dice Pistorius para explicar su versión de los hechos y reafirmarse en su versión de que la muerte de su novia no fue premeditada.
21-2-2013. El investigador principal del caso es destituido al conocerse que tiene un juicio pendiente por tentativa de asesinato, lo que refuerza la posición de Pistorius.
22-2-2013. Tras posponer en cuatro ocasiones su decisión sobre la libertad bajo fianza del velocista, el juez falla.
Barry Roux. El asunto estaba claro: Zenani Mandela, bisnieta de Nelson, el padre espiritual y político de la Sudáfrica contemporánea, había muerto a los 13 años por culpa de su conductor acusado de embriaguez, exceso de velocidad y conducción temeraria. El hoy abogado de Pistorius, sin embargo, consiguió demostrar que el chófer había perdido el control del Mercedes por un problema mecánico. Esa es la especialidad de Roux: explicar, argumentar y convencer. Cuando escucha que hay riesgos de que Pistorius se fugue, recuerda que su cara es conocidísima, que siempre saltan las alarmas en todos los aeropuertos con sus prótesis, y que estas necesitan revisiones mensuales. "Difícil pasar desapercibido", ironiza el hombre que representó antes a Lothar Neethling, jefe de la policía racista del Apartheid; o a Dave King, exdirector del Glasgow Rangers, acusado de evasión fiscal. Todo, a cambio de una minuta millonaria: unos 4.000 euros diarios.
Gerrie Nel. El fiscal es un hombre con fama de duro, al que precede la imagen de profesional al que no le tiembla la mano frente a los poderosos. Fue el jefe de los escorpiones, como se conoce a la unidad especial de operaciones de la fiscalía, y consiguió encarcelar por corrupción y durante 15 años a Jackie Selebi, nada más y nada menos que el jefe de la Interpol y de la policía sudafricana. "Pistorius tiene los motivos, los medios y el dinero" para desaparecer si se le concede la libertad bajo fianza, dijo durante el juicio, comparándole con Julien Assange, el fundador de wikileaks, que permanece encerrado en la embajada londinense de Ecuador para evitar su extradición a Suecia.
Hilton Botha. El investigador principal fue quien dio con los argumentos más poderosos para acusar de asesinato premeditado al velocista. Al estudiar la escena del crimen, descubrió que la trayectoria de los disparos que había acabado con la vida de la modelo había sido de arriba abajo, para cubrir el mayor espacio posible. Eso, pensó, también implicaba que Pistorius había tenido tiempo de ponerse las prótesis sobre las que se levanta. En consecuencia, concluyó, no se podía admitir que sus acciones fueran fruto del miedo, sino de la razón. El jueves, sin embargo, fue apartado del caso al descubrirse que tiene siete acusaciones de homicidio, tantas como ocupantes había en el minibus contra el que abrió fuego en una persecución de 2011. En un dramático giro argumental, ha pasado de agudo investigador a ser acusado de pendenciero, violento y amante de la vida nocturna. Además, se presentó en la escena del crimen sin la indumentaria adecuada y se dejó un casquillo de bala.
Vineshkumar Moonoo. El sustituto de Botha se enfrenta a varios problemas: su predecesor está acusado de siete presuntos homicidios; los anabolizantes encontrados en casa del velocista son, según su abogado, medicinas de herbolario; los vecinos que escucharon gritos toda la noche en casa de Pistorius vivían en realidad a más de medio kilómetro de distancia...
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.