Newey pasa de líos
El nuevo RB9 optimiza los puntos fuertes de su antecesor para facilitar a los técnicos el entendimiento de los neumáticos
Por una razón o por otra, Pirelli siempre consigue centrar gran parte de la atención de los entrenamientos de fórmula 1 de pretemporada. El año pasado a estas alturas, el suministrador de neumáticos del certamen traía de cabeza a la mayoría de ingenieros de los distintos equipos, incapaces la gran mayoría de establecer un patrón de comportamiento lógico de las gomas. Ese galimatías propició el arranque más alborotado e impredecible de la historia, con siete ganadores diferentes, una bendición para los espectadores y una tortura para los técnicos.
Con vistas a este 2013, Pirelli ha decidido volver a intervenir de forma directa y ha diseñado unos compuestos más blandos en todas las especificaciones disponibles (superblandos, blandos, medios y duros), un aspecto a tener muy en cuenta porque incide de forma directa en su degradación, que aumenta considerablemente. Con ello, el principal objetivo que persigue la marca de la P es intentar evitar aquellos grandes premios que se resolvían con una sola parada, e intentar que la media sea de entre dos y tres. Esa medida, en cualquier caso, trae consigo consecuencias. Los bólidos que, como por ejemplo Red Bull, cuidaban mejor los neumáticos el pasado campeonato con el paso de las vueltas deberían obtener ahora algo más de ventaja, mientras que las escuderías que contaban con monoplazas más agresivos en ese aspecto las pasarán aún más canutas.
El principal objetivo de Pirelli es intentar evitar aquellos grandes premios que se resolvían con una sola parada
Este miércoles, Checo Pérez, relevo de Lewis Hamilton en McLaren y uno de los corredores que generalmente más cuida las gomas, apareció en escena y puso el grito en el cielo al asegurar que, según los datos obtenidos, no vería extraño tener que realizar de siete a 10 visitas a los garajes en la primera prueba (Australia, 17 de marzo) debido a la extrema fragilidad de los nuevos Pirelli. “Normalmente, en los test invernales tenemos mucha degradación, pero nunca tanta como esta vez”, lamentaba el mexicano. “Espero que esto cambie, o de lo contrario puede que en Melbourne veamos siete o incluso 10 paradas”, alertó el de Guadalajara. “Pérez está más asustado de lo que debería. Las condiciones actuales de Montmeló no son las mismas que nos encontraremos en mayo, cuando se dispute el gran premio, con mucho más calor, y creo que todo el mundo irá entendiendo el comportamiento de las gomas bastante antes que en 2012”, le responde Mario Isola, director del departamento de carreras de Pirelli. “Lo único que hemos tratado de hacer es aumentar un poco la espectacularidad de las carreras, pero no hemos hecho nada dramático”, añade el italiano. “Será mucho más divertido para los espectadores porque habrá más pit-stops, pero también mucho más complicado para los técnicos”, conviene Fernando Alonso, que este jueves logró el mejor tiempo en los entrenamientos que se disputan en el trazado barcelonés, con tres décimas de margen sobre Nico Hulkenberg (Sauber).
Red Bull y Lotus parecen las formaciones que más tranquilas también en ese aspecto, al menos aparentemente y en boca de Helmut Marko, asesor deportivo de Dietrich Mateschitz, el magnate de la compañía energética. “Estos monoplazas son evoluciones de los anteriores, y lo único que hemos hecho nosotros con el RB9 ha sido optimizar sus puntos fuertes. Newey no ha inventado nada nuevo”, asegura el expiloto austríaco. “Lo principal era lograr un coche que más o menos funcionara en todos los circuitos y que demostrara un buen compromiso con los compuestos”, añade Marko, que como de costumbre no tiene reparos en ir un poco más allá. “Lo único que tenían que hacer los demás equipos era copiarnos a nosotros o a McLaren, que fuimos los más rápidos a finales de 2012”, zanja uno de los que más bacalao cortan en Red Bull.
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