Territorio Nadal
El español tumba 6-2 y 6-2 a Chardy y jugará por el título sabiendo que gana el 70% de sus finales, más que Federer, Djokovic, Murray y Ferrer
Jeremy Chardy, el número 26 del mundo y reciente cuartofinalista en el Abierto de Australia, no dice ni pío: patinando sobre la arcilla, Rafael Nadal le elimina (6-2 y 6-2) en semifinales del torneo chileno de Viña del Mar. En su primer torneo tras siete meses recuperándose de una rotura parcial de ligamento y una hoffitis en la rodilla izquierda, el mallorquín volverá a disputar un partido por el título. Nadal, que se medirá (22.00, C+) contra Horacio Zeballos, vencedor por 6-3 y 7-6 de Berlocq, vuelve a pisar el territorio que mejor domina. Durante su carrera, el número cinco mundial se ha impuesto en el 70% de los encuentros decisivos que ha competido. Ninguno de los otros cinco mejores tenistas del planeta puede presumir de eso: el suizo Roger Federer celebró el 69%, el serbio Novak Djokovic el 65%, el británico Andy Murray el 64% y David Ferrer el 56%.
Ante Chardy, Nadal tuvo dos velocidades. Cuando la pelota se vencía hacia él, pareció que se detuviera el tiempo. Bien colocado, más elástico y veloz que en sus otros partidos, el mallorquín tuvo segundos eternos para decidir sus tiros. Apretado el gatillo, la pelota cobró una nueva vida: disparada, se convertía en un balín dirigido al alma de Chardy. El francés nunca fue rival en los peloteos. Obsesionado con acortar lo más rápidamente posible los intercambios, pronto quedó enredado en la malla que ha derrotado a tantos contrarios del mallorquín: obligado al riesgo extremo, sus pelotas se perdieron por los pasillos, sus golpes acabaron desdibujándose y su esquema de juego acabó ensuciándose, porque hasta el mejor escribano emborrona el papel cuando quiere terminar el texto a toda prisa. En realidad, perdió el duelo en dos juegos: cedió su primer saque y no aprovechó tres dobles faltas de Nadal en el siguiente. Demasiados regalos frente a un campeón de 11 títulos grandes.
Nadal, el número cinco mundial, buscará el título en Viña del Mar. Finalista también en la modalidad de dobles, que no disputará en Acapulco, según anunció su equipo, su vuelta a las pistas solo le ha dado buenas noticias. A falta de la prueba de los mejores, que son los únicos con armas para llevarle al límite sobre tierra batida; y a la espera de que analice qué efectos han tenido los encuentros sobre su rodilla, Nadal solo tiene cosas que celebrar en Chile.
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