Burkina Faso existe

Burkina Faso significa La patria de los hombres íntegros, según una mezcla de lenguas locales. Algunos de ellos, entrenados por el belga Paul Put, han alcanzado la final de la 29ª edición de la Copa de África, frente a Nigeria, el domingo en Johannesburgo (19.00, Eurosport). Nadie los esperaba. La historia futbolística de este pequeño país de África Occidental, rodeado de seis naciones y sin salida al mar, era casi inexistente: sin presencia en los Mundiales ni en los Juegos Olímpicos, su máximo logro había sido una semifinal en la Copa de África de 1998, cuando fue anfitriona.

Así que ese gol de Bancé, el poderoso delantero del Ausburgo, alemán, para empatar la semifinal ante Ghana, rematada después en la prórroga por el penalti desviado por Diakité, el portero del Lierse, belga, han convertido a Burkina Faso en una fiesta. Casi un milagro para un país con una tasa de pobreza del 46,7% y una esperanza de vida de 55 años, independizado de Francia el 5 de agosto de 1960. El francés es el idioma oficial, aunque solo lo habla una pequeña parte de la población. Les Etalons (Los Potros), clasificados en el puesto 89º en el escalafón de la FIFA, fueron salvando obstáculos gracias a “hacer bien las dos cosas que saben: apretar y balón largo”, según Vicente Engonga, mediocentro internacional con España y exseleccionador de Guinea Ecuatorial. Inspirados por Alain Traoré, centrocampista zurdo del Lorient, francés, lesionado en la primera fase (tres goles). Y por el extremo Pitroipa, del Stade de Rennes, también francés, expulsado en la semifinal por una doble tarjeta amarilla, la segunda por haber simulado supuestamente un penalti. Un grave error arbitral, según la Confederación Africana de Fútbol, que ha sancionado al árbitro, el tunecino Slim Jdidi, suspendido por un periodo indeterminado.

Los jugadores africanos están encorsetados" Vicente Engonga

“Los jugadores africanos están encorsetados”, opina Engonga, que mantiene una teoría: los clubes europeos, sobre todo italianos, alemanes y franceses, fichan a jóvenes africanos, de entre 13 y 17 años, que destacan sobre todo por su fortaleza física; luego les enseñan la táctica, pero son chicos con poca imaginación. Eso ha uniformado el fútbol africano a la baja. Hay poco talento. “Hoy es difícil que salga un Eto’o”.

El juego de esta edición de la Copa de África ha resultado decepcionante. Lento y previsible, sin hueco para el talento. A pesar de que Nigeria se presenta como el equipo más compacto, adornado por los goles de Emamanuel Amenike, el delantero del Spartak de Moscú, máximo anotador del torneo con cuatro tantos. El ganador de la Copa de África tendrá el premio de disputar la Copa Confederaciones 2013 en Brasil. Burkina Faso, por fin, también existe.