San Mamés desfonda al Atlético
Una goleada dispara al Athletic ante el conjunto de Simeone, desacertado y sin guión (3-0)
Llevaba tiempo San Mamés observando cómo al Athletic se le había esfumado la fe a pesar de que mantenía las mismas oraciones. Tristón, sin luz, empapado bajo una lluvia que le caía del cielo a ver si así se desperezaba. Ayer la envió otra vez y encontró de nuevo a aquel equipo ordenado y paciente de los actos a plena luz con el teatro lleno. Lo pagó un Atlético sin focos, sin capacidad para imponer ninguna de sus dos versiones, lejos de aquel coco que le apaleó en el último careo europeo y que ahora se llevó la misma goleada que escuece aún en los asientos del estadio.
Consciente Simeone de que el centro del campo ardería por la abundancia de jugadores, planteó el partido estirando al equipo por los costados. Apostó por la llegada del Cebolla Rodríguez por la banda izquierda, con mismo pasaporte para Arda al otro lado. Si en algo beneficiaba el agua a la ecuación del Atlético era en la velocidad en la que organizar el ataque. Un apartado en el que cojeó el Athletic, pues tiene paso rápido en la transición pero no en la explosión física. Se resguardaron de nuevo los rojiblancos con San José por delante de la defensa, un elemento capaz de relajar el pulso de un partido con tendencia a encenderse, pero demasiado propenso a la ralentización propia. Aun así, funcionó como tapón para bloquear la primera línea de creación del Atlético y liberar a Herrera unos metros por delante.
ATHLETIC, 3 - ATLÉTICO, 0
Athletic: Iraizoz; Iraola, Ekiza (
Atlético: Courtois; Juanfran, Cata Díaz, Godín, Filipe Luis; Tiago, Emre (Adrián, m. 63); Raul García, Arda (Mario Suárez, m. 80), Cebolla Rodríguez (Koke, m. 71); y Diego Costa. No utilizados: Asenjo; Miranda, Manquillo y Oliver.
Árbitro: Muñiz Fernández. Amonestó a Filipe Luis, Godín, Aduriz, Emre y Cebolla Rodríguez.
Goles: 1-0. M. 50. San José. 2-0. M. 72. Susaeta. 3-0. M. 84. De Marcos.
Unos 30.000 espectadores en San Mamés.
Con el balón controlado el Athletic se sintió seguro, al menos esa seguridad que te da ver que de su dominio crea la duda en el contrario, por más que al conjunto de Simeone se le conozcan pocos escarceos con él. Inclinado el ataque hacia la banda derecha, De Marcos, reubicado de nuevo en el centro del campo, apareció como esa figura de localización intermitente. Un incordio para Filipe Luis y cualquiera por donde apareciera el vitoriano. Al lateral brasileño, sin embargo, se le engrasó la cadena para aprovechar los huecos que generaba la aglomeración de jugadores vascos por el centro del campo. Rápido en el pensamiento se plantó con elegancia en varias ocasiones ante Iraizoz, culminando la jugada. Un elemento valorado por los entrenadores, temerosos de que la valentía ofensiva se convierta después en un repliegue limitado.
Contenido a pesar de algún ramalazo ocasional, el Athletic movía el balón de un lado a otro. Solo cuando este se mueve por el aire se siente cómodo el conjunto rojiblanco, consciente de que esa arma ha sido la suya durante mucho tiempo, a pesar de que en la travesía haya encontrado alguna otra con más brillo. Así, en un saque de esquina de Susaeta, uno de los pocos balones a los que le encontró la rosca buena, San José, solo, poderoso gracias a ese corpachón, cabeceó el balón a la red. Otro tanto, el quinto, para el segundo máximo goleador del Athletic tras Aduriz, y el primero que encontraba consuelo bajo la lluvia.
El equipo de Bielsa se sintió seguro con el balón y creó dudas en su rival
Más confiado con el gol, el Athletic desperezó las bandas, con Muniain buscando la espalda a Juanfran, una situación poco habitual en la primera mitad. Sin claro dominio del balón, es difícil organizar un contragolpe o una jugada trenzada. Dos situaciones que suponen un contratiempo para marcar la hoja a seguir, más en el Atlético, incapaz de encontrar en el repertorio cómo actuar en la nueva escena. Pero la noche estaba del lado del bendecido y una entrada de Susaeta por el centro del área acabó con el segundo tanto del partido. Un gol tranquilizador que picó también a De Marcos, que culminó al borde del final una jugada coral, y cerraba un resultado que aunque no tenga un metal plateado como premio final, sí sutura al menos los primeros metros de la cicatriz.
Y es que la oración bien recitada sirvió para encontrar la repuesta del Athletic y para condenar esta vez al Atlético.
"No es para preocuparse"
“Ganaron justamente”, resumió Simeone en la sala de prensa de San Mamés. “Sabíamos las dificultades que íbamos a tener con el Athletic. Generamos oportunidades los dos equipos, pero partir de su segundo gol se sintieron más cómodos y terminaron redondeando un buen partido”, analizó el técnico rojiblanco tras encajar su peor derrota al frente del club, junto al 1-4 frente al Madrid del curso pasado y el 4-1 frente al Barça de esta temporada. El Atlético acumula siete partidos fuera de casa (cuatro de ello de Liga) sin ganar desde su victoria en Granada (0-1) el pasado 18 de noviembre. “No es para preocuparse. Sería bueno mejorarlo para superar los números que tenemos porque así estaríamos primeros”, sentenció al tiempo que felicitaba a sus hombres por el esfuerzo. “Buscábamos frescura con los cambios y hubo una entrega y un compromiso muy buenos. Simplemente, el rival fue mejor”.
“La recuperación pasa por lograr una mayor continuidad. Hemos estado lúcidos a ratos. Si podemos prolongar ese nivel aceptable podremos empezar a hablar de una mejora respecto al primer tramo de la temporada”, apuntó Bielsa.
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