“Un gran equipo no es nada si no hay pasión”

La selección francesa, el gran a rival a batir por todos en este Mundial, liquidó a Montenegro (20-32) tras un sufrido debut ante Túnez (30-27). Jugó ambos partidos Francia en Granollers, donde disputa la primera fase, donde este domingo colgó el primer cartel de 'No hay billetes' del campeonato. Un marco excelente y de grato recuerdo para el combinado galo, puesto que fue en este palacio polideportivo donde en 1992 comenzaron a andar el camino hacia la cumbre de la que no parecen descender. En los Juegos de Barcelona, entonces todavía con Daniel Constantin en el banquillo, Francia ganó su primera medalla, de bronce.

Ni siquiera la Suecia de los años ochenta consiguió configurar un palmarés tan brillante como el de la selección actual de Francia. Bajo la dirección de Claude Onesta, de 55 años, los franceses han ganado todos los títulos importantes desde 2008 (dos Juegos Olímpicos, dos Mundiales y un Europeo), a excepción del Europeo de Serbia que se disputó el año pasado, donde los galos solo cosecharon dos victorias. Ahora, Francia llega al Mundial de España como campeón y con máximas aspiraciones a pesar de estar afrontando la renovación del equipo. “Llegamos muy cortos de preparación, pero con la confianza de haber ganado en Londres. Tenemos todavía incógnitas, pero las iremos desvelando. Y en cada partido jugaremos mejor”, asegura el seleccionador francés antes del debut ante Túnez .

Pregunta. Cuando un técnico ya lo ha ganado todo, ¿cómo logra motivarse?

Respuesta. La historia cambia en cada campeonato. Es cierto que con nuestro palmarés no podemos plantearnos otra cosa que ganar de nuevo. Pero llegan nuevos jugadores con ganas de aprender que se unen a los ya veteranos y, lo más importante, sabemos que los demás equipos habrán preparado algo para acabar con nosotros. La cuestión es idear algo para contrarrestarlo. Y encontrar la llave que nos abra la puerta del oro, que es distinta en cada campeonato.

P. ¿Se han marcado objetivos concretos en este Mundial?

R. Ganar. No venimos a pasearnos, sería muy innoble. Pero sabemos que todo dependerá de detalles, porque España, Dinamarca, Croacia, nosotros, estamos todos al mismo nivel y los partidos se decidirán por un gol en los últimos minutos. Sin embargo, sabemos que tenemos la posibilidad de ser campeones y eso es lo que buscamos.

Si alguno se agobia por las apuestas le dejo en casa y se acabó el problema”

P. La gran generación de Francia se va acabando. ¿Cómo afronta la renovación del equipo?

R. Sí, es cierto que hay ocho jugadores con más de 30 años que, además, son la base de nuestra selección. Pero también están Abaló, Sorhaindo, Karabatic, con menos de 30; y otros como Barachet, Accambray, Grebille, que son mucho más jóvenes. Hay un equilibrio. Los viejos van preparando la renovación y ayudan a los jóvenes a adquirir los buenos hábitos para integrarse en la selección. Hay que renovar, pero poco a poco, si no el rendimiento cae en picado porque apenas hay tiempo para que jueguen juntos.

P. Sin embargo, este bloque no llegará entero a los Juegos de Río.

R. Seguro que no. El viejo Dinart no estará allí, es imposible. Pero sigue jugando a un gran nivel y no sería justo dejarle fuera. Los veteranos están aquí para ganar y para ayudar a preparar el equipo para Río. Omeyer y Narcisse pueden llegar. Otros no, pero les necesito a todos por su calidad y por lo mucho que pueden enseñar a los nuevos y aportarme a mí a nivel técnico. El staff no es un búnker cerrado. Hablamos mucho.

Sabemos que los demás preparan algo para acabar con nosotros”

P. Campeones en los dos últimos Juegos y Mundiales, solo fallaron en el Europeo de Serbia del año pasado. ¿Qué les ocurrió?

R. Fue un error, desde luego. Nos faltó motivación, porque todos, incluyéndome a mí, estábamos pensando más en los Juegos de Londres que en el Europeo. Pero aprendimos una buena lección: un gran equipo con grandes jugadores no es nada sin pasión, motivación y un trabajo bien hecho. Aquel Europeo se convirtió en un sufrimiento.

P. El escándalo de las apuestas ha salpicado a varios jugadores de la selección. ¿Está afectando la marcha del equipo?

R. En absoluto. No es un problema del balonmano francés, sino de algunos jugadores muy concretos. En la selección no hablamos de este tema y, por tanto, no nos afecta. Y si algún jugador se siente agobiado por esta cuestión le dejo en casa y se acabó el problema.