Se cumplió el guion
La defensa española fue una pesadilla para el equipo africano, que no supo atacarla
Como se preveía, Argelia no fue un gran escollo, ni siquiera en los primeros compases, para el equipo español. El conjunto africano salió con la esperada defensa 3:3, muy pegajosa y agresiva, que tuvo que bajar un poco conforme pasaba el partido, sobre todo porque fueron muy castigados con penas máximas en el primer cuarto de hora que Víctor Tomas, con un inicio espectacular, se encargó de transformar a la perfección. Hay que tener en cuenta también que el desgaste de esta defensa es mucho mayor que en otras y muy difícil de mantener durante los 60 minutos de, más aún si decides emplear a tu mejor jugador, en este caso Monakri, todo el encuentro.
Como curiosidad decir que en superioridad numérica Argelia se plantaba en defensa individual, un sistema muy difícil de ver hoy en día en partidos de élite salvo en los tramos finales de un encuentro y un poco a la desesperada. Creo, si no me falla la memoria, que Dinamarca ha empleado este tipo de defensa en alguna gran competición.
España salió como lo hizo en el último preolímpico ante el mismo rival: 5:1 con Viran Morros de avanzado, pero con la particularidad de que ante el desdoblamiento o el golpe franco en zona central bajaba a tomar uno de los dos puestos centrales del 6:0. De este modo, lo convertía en un 6:0 temporal, tratando de evitar los posibles desequilibrios que suelen provocar los desdoblamientos.
La defensa española fue una pesadilla para el equipo africano, que no supo atacarla
La defensa y la portería española fueron una pesadilla para el equipo africano, que no pudo ni supo atacarla en ningún momento. Bajo los palos estuvo, como nos tiene acostumbrados, un sobrio y eficaz Sierra, con una grandísima actuación que le valió ser nombrado como mejor jugador del encuentro.
El contraataque de los de Rivera no estuvo fluido al principio, con Viran subiéndolo de central, pero mejoró mucho con la salida de Cañellas en los últimos 10 minutos del primer periodo, colocando al jugador del Barça directamente en el pivote. La salida de Montoro en el primer tiempo ralentizó el juego posicional. Aunque todos coincidimos en que no era un partido idóneo para sus características, cuando España pudo correr algo más, el lateral aportó su lanzamiento exterior.
Si al ataque no estuvo muy fluido en gran medida fue porque el tipo de defensa empleada por Argelia nunca lo permite. El equipo se dedicaba a hacer transformaciones a doble pivote y así buscar unos contra unos o dos contra dos con espacios sobre el pivote español Julen Aguianalgade, que contó todos sus lanzamientos bien por goles o bien por siete metros provocados.
Y así se llegó al descanso, con el partido sentenciado (14-5), lo que provocó que el segundo tiempo no tuviese mucha historia. El cuadro español fue ampliando su ventaja, Sierra continuó con su recital y Valero movió más el banquillo de cara al segundo compromiso, el lunes ante Egipto, conjunto que debe poner en más apuros a la escuadra española.
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