Pau no escapa a la tormenta
El ‘16’ de los Lakers regresa tras su lesión, pero D’Antoni le relega al banquillo en los minutos decisivos
De la camilla a la pista, pasando por el banquillo y sin salir del diván. El periplo de Pau Gasol en los Lakers, desde que la temporada pasada los amarillos anotaran su nombre en la lista de posibles traspasos, se ha convertido en un martirio.
La madrugada del martes, el de ala pívot de Sant Boi volvió a ponerse la camiseta de tirantes tras ocho partidos alejado del parquet por una tendinitis en ambas rodillas y, a pesar de su meritoria actuación y la sufrida victoria de su equipo ante Charlotte (101-100), la tormenta sigue sobre su tejado. Pau fue titular y sumó 10 puntos —con tres de 10 en tiros de campo—, nueve rebotes, cinco asistencias y cuatro tapones en 29 minutos de juego; pero, en el alambre, con el partido empatado a 95 puntos a falta de poco más de dos minutos, Mike D’Antoni decidió sustituirle por Howard.
Pau no se mordió la lengua ante los micrófonos. “Necesito estar en la cancha cuando el partido se decide; para eso me pagan. Espero que esto no pase muy a menudo”, espetó. Era el enésimo desencuentro del jugador con alguno de los estamentos del equipo en un debate circular que ahora se centra en una cuestión numérica y posicional. Ante Charlotte, Pau jugó buena parte del partido como pívot por los problemas de faltas de Dwight Howard en una pareja de baile que no acaba de encontrar el paso. “Tenemos que encontrar la manera de ser más productivos, ya sea juntos o relevándonos. Me gusta jugar como 4 y como 5 en este equipo, pero prefiero operar desde dentro. Creo que soy de los mejores jugadores de la Liga al poste por mis cualidades y quiero usarlas. Somos una pareja grande y talentosa y podemos superar a los rivales por ahí. Deberíamos aprovecharlo”, manifestó el 16 que evidenció su distanciamiento con D’Antoni. “Espero que esté receptivo y se amolde al equipo y a las cualidades de cada jugador”, apuntó tras confesar que había aprovechado su convalecencia para intercambiar impresiones tácticas con su entrenador.
“Necesito estar en la cancha cuando el partido se decide; para eso me pagan. Espero que esto no pase muy a menudo”, espetó el de Sant Boi
Con Pau, los Lakers ganaron ocho partidos y perdieron nueve en el inicio del campeonato; sin él el balance ha sido de tres victorias y cinco derrotas. En las dos últimas temporadas solo se había perdido un partido, pero lastrado por la tendinitis decidió hace dos semanas, entre el dolor y el hastío por las críticas, parar para recuperarse. Para entonces, firmaba sus peores números en los casi 12 años en la NBA y era señalado como uno de los males del equipo inmerso en su peor arranque en 34 años. Ahora regresa recuperado, pero inmerso en la tormenta.
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