El gol huye de Los Cármenes
El Granada empata con una Real conservadora en un partido trabado y sin ocasiones
Movía la melena Anquela en el banquillo del Granada como si quisiera azotarse por lo que estaba viendo. Era su particular penitencia por contemplar cómo su equipo era incapaz de acercarse al área de la Real sin cara de susto. Tampoco a Montanier se le adivinada una sonrisa demasiado pronunciada por lo que tenía enfrente. Son, a fin de cuentas, maneras diferentes de ver un empate. Porque cuando el gol se escapa por la ventana no queda más que repartirse el tiempo sin demasiada alegría.
Lo hizo más ordenada la Real en su salida de balón. Buscó templar el ánimo de los andaluces. Apostó Montanier por Ifrán en la delantera y el uruguayo funcionó como espesante. Se movió atrayendo a la defensa y dejó el balón de cara en cada ocasión en la que su cintura topaba con otra cintura.
GRANADA, 0 - R. SOCIEDAD, 0
Granada: Roberto; Nyom, Iñigo López, Mainz, Siqueira (Angulo, m. 72); Iriney, Mikel Rico; Torje (Jaime, m. 68), Brahimi (El Arabi, m. 62), Dani Benítez; Ighalo. No utilizados: Toño, Angulo, Yebda, Diakhaté y Ortíz.
Real Sociedad: Bravo; Carlos Martínez, Mikel González, Iñigo Martínez; De la Bella; Xabi Prieto, Zurutuza (Pardo, m. 71), Illarramendi, Griezmann (Chory Castro, m. 75); Carlos Vela e Ifrán (Agirretxe, m. 80). No utilizados: Zubikarai, Ansotegui, Estrada y José Ángel.
Árbitro: Teixeira Vitienes. Amonestó a Nyom, Ighalo, Jaime, Carlos Martínez, Xabi Prieto, Vela
Estadio Nuevo Los Cármenes, unos 19.500 espectadores.
El voluntarismo del Granada tuvo varias fugas. Como el peso de Iriney en la creación, toda vez que su tarea es principalmente la contraria. Solo Dani Benítez pareció saber sacar provecho de su zona. El extremo utiliza la pierna izquierda como medida de control. Rara es la vez en la que el balón no llega a sus piernas con la lección aprendida. Sufrió Carlos Martínez en la marca con el mallorquín, lo que bloqueó su incorporación al ataque.
Fue Vela entonces Vela el encargado de cubrir todo el carril derecho. El mexicano, habilidoso en el uno contra uno, explotó su punta de velocidad para pisar a cada momento el área, donde de suceder algo, el premio puede ser mucho más goloso. Lo intentó en varias ocasiones sin llegar a menear el cebo lo suficiente, por más que tuviera la caña a punto. Fuera del área pequeña el Granada se abonó a la falta. En realidad a la faltita que poco a poco gesta una estadística demoledora: 27 infracciones a 5.
Tampoco la Real conseguía despegar el toque a medida que se acercaba a la portería de Roberto. Alguna diagonal de Vela, un remate desviado de Illarramendi… y poco más. Pudo resarcirse el Granada del vaivén del partido tras una buena dejada de Dani Benítez pero Ighalo no supo batir a Bravo.
El empate repartió puntos y penitencias. La más dura para Anquela, al que podrían habérsele terminado las oraciones.
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