Lochte, el nadador alado

Tras ganar el domingo el oro en 100m estilos (51,21s) y en el relevo del 4x100m (3m21,03s), además de la plata en 200m espalda (1m 48,50s, dos centésimas más que el polaco Kawecki), Ryan Lochte cerró los Mundiales de natación en piscina corta con ocho medallas (seis de oro, una de plata y una de bronce). El estadounidense se despidió de Estambul (Turquía), coronado como la gran estrella de la natación tras la retirada del mágico Michael Phelps, que dijo adiós en los Juegos de Londres 2012. Su dominio se dejó sentir en los libros de récords (logró dos marcas mundiales, 1m 49,63s en 200m estilos y 50,71s en los 100m estilos), en los símbolos (hasta la piscina se acercó calzando zapatillas aladas, como un superhéroe) y en su desprendimiento (tiene tantas medallas que les regaló varias a los niños del público).

"Go hard or go home! [¡Ve duro o vete a casa!]". Lochte, de 28 años, se inspiró durante los campeonatos en frases que llenaron su cuerpo de adrenalina. Sin la presencia de Phelps, el rival que ha marcado su carrera, se pudo permitir hasta decidir dónde y cuándo exprimir sus fuerzas. "Sabía que si quería lograr el récord mundial debía hacerlo hoy porque mañana tengo dos finales", dijo el sábado sobre su hazaña en las semifinales de los 100m estilos, con la que se apuntó la marca y gastó fuerzas sin perjudicar sus opciones de medalla, como habría ocurrido de atacar el récord al día siguiente. En total, el estadounidense se llevó 72.000 dólares, unos 55.000 euros, por sus resultados.

Si Lochte marcó el campeonato con sus éxitos, Melanie Costa animó el medallero español. El domingo sumó a su oro en 400m libre el bronce en 200m libre (1m 54,45s), lo que dejó en tres metales la cosecha española (Da Rocha conquistó el bronce en 200m espalda).

Los metales llegaron después de que Rafa Muñoz, una de las grandes esperanzas de la delegación española en los Campeonatos del Mundo, causara baja antes de las preliminares de los 50 metros mariposa, donde tenía claras opciones de medalla. Muñoz se proclamó campeón de Europa hace apenas 20 días, pero se quedó en el hotel acompañado de los servicios médicos de la Federación Española de Natación (RFEN), que han confirmado que, aunque había mejorado respecto al día anterior, cuando compitió con 38 de fiebre y placas en la garganta en la final de los 100 mariposa, en la que fue sexto, la amigdalitis que sufría le impedía lanzarse a la piscina.

Nada parecido le ocurrió a Lochte. Incluso sin zapatillas aladas, nadó como un superhéroe.