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Falcao despedaza al Deportivo

El delantero logra cinco goles para igualar el registro histórico de Vavá, enganchar de nuevo al Atlético en la pelea por la Liga y destrozar a un rival que tampoco paró a Diego Costa

LADISLAO J. MOÑINO
Falcao celebra uno de sus goles ante el Deportivo.
Falcao celebra uno de sus goles ante el Deportivo.CLAUDIO ÁLVAREZ

Devastador. Sin piedad de una pareja de centrales demasiado tierna para tanto delantero, Falcao se dio anoche un festín histórico. Cinco goles nada menos, cada uno en una suerte. Resolvió un mano a mano, embocó desde fuera del área, transformó un penalti, cazó de cabeza un rechazo y cerró su gloriosa actuación con una contra, un recorte y un disparo. Todos los palos tocados y ejecutados en cinco remates certeros. Una cifra que le emparenta con los grandes nombres del área que han pasado por la Liga.

ATLÉTICO, 6 - DEPORTIVO, 0

Atlético: Courtois; Juanfran, Cata Díaz, Godín, Filipe (Manquillo, m. 73); Gabi, Mario, Koke; Arda (Raúl García, m. 69); Diego Costa (Adrián, m. 58); y Falcao. No utilizados: Asenjo, Pulido, Emre y Tiago.

Deportivo: Aranzubia; Laure, Roderick, Insua, Ayoze; Alex Bergantiños, Abel Aguilar; Bruno Gama, Valerón (Andre, m. 73), Camuñas (Salomao, m. 65); y Riki (Bodipo, m. 78). No utilizados: Lux, Manuel Pablo, Vázquez y Domínguez.

Goles: 1-0. M. 23. Diego Costa, de cabeza. 2-0. M. 28. Falcao. 3-0. M. 41. Falcao. 4-0. M. 64. Falcao, de penalti. 5-0. M. 68. Falcao, de cabeza. 6-0. M. 71. Falcao.

Arbitro: Hernández Hernández. Amonestó a Camuñas y Bergantiños.

Unos 40.000 espectadores en el Vicente Calderón.

El suyo fue un ejercicio supremo de disparos y desmarques, inalcanzable para Roderick e Insua, la pareja novata que tuvo que alinear Oltra por el lastre de lesiones y sanciones. Una bicoca, presa fácil para el mejor delantero del mundo en el área, que no tuvo compasión alguna. Los trituró Falcao, aunque primero los había despedazado Diego Costa. Sin perderse en guerras subterráneas. Centrado, al fútbol sin más, a lo suyo. A arrancarse en cada contra, sin gestos pendencieros, Diego Costa, el otro, el delantero a secas, desplumó primero al Deportivo, que como se dice en el mus, fue un pollo que se peló solo con su ingenuidad. Costa, así, hizo un gol de cabeza en un córner, participó a trompicones en el segundo y tuvo un par de ocasiones claras para firmar una de sus mejores noches con el Atlético. Se fue aplaudido por la grada, necesitado de ese calor anímico de su afición después de sus oscuros capítulos en el derbi y en Pilsen.

Aseado y pulcro en su propuesta como es el Deportivo, el Atlético tiene demasiado veneno en su fútbol para un equipo tan blando. Es un conjunto perrero, que acostumbra a romper al contrario por las zonas débiles. Se tuvo que presentar Oltra en el Calderón con esos dos centrales, aún de academia, y allí que mordió el equipo de Simeone desde el minuto uno. El primer movimiento de Falcao fue un desmarque a la espalda de Insua. Un aviso. Y el discurrir del partido mostró que aún no están para estas empresas. Fueron arrasados por una pareja de delanteros que los fundió a desmarques. La debilidad coruñesa se reflejó en los goles que le fueron cayendo en el primer tiempo. Uno de córner, otro de un balón perdido en el centro del campo y otro de un saque de banda.

EL PAÍS

Koke enguanta muy bien las jugadas a balón parado, pero la que cazó Diego Costa por encima de Insua era un globo cerrado que no pudo atajar. Fue superado en el segundo palo, sin referencia alguna de dónde estaba el peligro que tenía que defender. No había encontrado su juego el Atlético hasta ese primer tanto, a veces demasiado vertical en la salida del balón por sus laterales, que buscaban el pase en profundidad.

Centrado en el fútbol sin más, el delantero brasileño desplumó de inicio al rival

Riki, incluso, había amenazado con alguna cabalgada y en una de ellas le puso una rosca a Valerón que remató con toda la ortodoxia que conserva. Su estético giro de cuello mandó el balón al palo. Juega el Deportivo en ataque al ritmo de El Flaco, que transmite, dado su físico, la sensación de que cada pelota debe ser una clase de fútbol. A veces lo consigue y a veces no, pero cuando le sale lo que intenta, airea en qué consiste el binomio jugador-pelota.

Con ese remate que astilló el poste se difuminó y con él todo su equipo cuando al poco Falcao hizo el 2-0. Un robo, una contra lanzada a Diego Costa, que aguantó a que Falcao no se metiera en fuera de juego para dar un pase interceptado por los centrales del Deportivo, que no ganaron el rechazo. Koke, que venía por detrás, asistió al segundo desmarque del colombiano, que levantó la cabeza antes de ejecutar a Aranzubia.

A los de Simeone no les había salido tan bien la contra desde la final de la Supercopa

Noqueado, consciente de su pusilanimidad, la defensa deportivista se desplomó en un saque de banda en corto, una especialidad de la pizarra de Simeone. Enganchó Falcao un derechazo terrorífico que superó a un incrédulo Aranzubia. Tocado como estaba ayer, ese gol lanzó hacia una noche grandiosa que volvió a encumbrarle como el mejor delantero del mundo en el área. Un martillo pilón para un par de aprendices. Tuvieron que digerir en el segundo tiempo una oleada de contragolpes que retrató a un equipo con todos los síntomas de estar roto, que se partió por completo, que reculaba a dos velocidades menos.

No le había salido al Atlético el plan de matar a la contra al rival con tanta rotundidad desde la final de la Supercopa de Europa contra el Chelsea. Falcao hizo el cuarto al transformar un penalti que le sacó a Roderick, que metió el pie de manera inocente. El quinto, y el cuarto de El Tigre, llegó en otro contragolpe que Arda quiso culminar picándolo por encima de Aranzubia, que lo salvó con la mano. El rechazo lo empujó Falcao en plancha, con su voracidad en pleno desate. Con la defensa de Oltra y todo el Depor hecho trizas.

El martirio continuó para Roderick perdiendo a la carrera otro desmarque a la espalda de Falcao y tragándose el recorte previo al latigazo que suponía su quinto tanto, una marca que hasta ahora solo había logrado un rojiblanco, el brasileño Vavá en 1958, cuando retorcieron al Zaragoza.

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Sobre la firma

LADISLAO J. MOÑINO
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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