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El Deportivo se queda sin brújula

Después de remontar dos goles en contra, el técnico Oltra apuesta por el ataque y el Betis responde con el gol del triunfo

Campbell, que hizo el gol decisivo, ante Bruno Gama.
Campbell, que hizo el gol decisivo, ante Bruno Gama.MIGUEL RIOPA (AFP)

La frontera entre la temeridad y la valentía es muy sutil, el cementerio está lleno de valientes y de los temerarios pronto se pierden noticias. Tras poner los cimientos de una balsámica remontada después de igualar un marcador desfavorable de dos goles a base de fe y porfía, con el Betis contra las cuerdas, el técnico del Deportivo tomó una de esas decisiones que le retratan, sostiene su fama, como un entrenador que camina siempre hacia la victoria. Retiró a un central, Roderick, para dar entrada a un delantero, Bodipo; dejó una línea trasera con tres hombres y abrió como un melón un partido que tenía de cara. Tocado como estaba el Betis, golpeado por una igualada que llegó en apenas cuatro minutos, le insufló un segundo aire. Le ofreció referencias atrás y le abrió una autopista con varios carriles para llegar a Aranzubia. Por una de ellas recibió el tanto que le derrotó, un golazo de Campbell. Oltra caminó hacia el abismo. Averió a su propio equipo, que perdió la iniciativa y el empuje que había encontrado después de verse derrotado. De nuevo con media hora por delante, no solo lanzó una moneda al aire sino que tomó una decisión fatal. “A veces hay que saber que un punto es un punto”, resumió el presidente Lendoiro, que evitó entrar en valoraciones más explícitas sobre el trabajo de su entrenador. “Quise ganar el partido”, explicó Oltra, eficaz defensor ante los micrófonos.

DEPORTIVO, 2 – BETIS, 3

Deportivo: Aranzubia; Laure, Aythami, Roderick (Bodipo, m. 72), Ayoze; Álex Bergantiños, Abel Aguilar; Bruno Gama, Valerón (Camuñas, m. 80), Pizzi; y Riki. No utilizados: Lux; M. Pablo, Insua, Jesús Vázquez y Juan Domínguez.

Betis: Adrián; Chica, Amaya, Dorado, Nacho; Cañas, Beñat, Salva Sevilla (Vadillo, m. 63); Rubén Castro, Jorge Molina (Rubén Pérez, m. 67) y Campbell (Nosa, m. 87). No utilizados: Casto; Palancar, Agra y Pozuelo.

Árbitro: Del Cerro Grande. Amonestó a Aythami, Ayoze, Adrián, Salva Sevilla, Beñat y Dorado.

Goles: 0-1. M. 39. Rubén Castro. 0-2. M. 55. Rubén Vastro. 1-2. M. 57. Riki. 2-2. M. 60. Riki. 2-3. M. 76. Campbell.

Riazor. Unos 26.000 espectadores.

Al Deportivo le había costado verse cara de ganador. Le dolieron los dos goles del Betis, ambos de Rubén Castro. El primero le retrata como lo que es, un delantero muy solvente. Recibió en campo rival, tocó hacia un flanco, corrió en busca del remate, liviano como es ganó la posición y tocó con la testa sutilmente hacia un poste ante la apatía de Roderick, un central con más cuerpo que fiereza. Tras el alarde, Rubén Castro señaló su nombre y apellido en la camiseta y se lo mostró a Riazor. Estuvo siete temporadas bajo la disciplina del Deportivo. Jugó apenas una treintena de partidos con su escudo, la mayor parte de ellos como sustituto. Ninguneado, fue moneda de cambio y habitual en las cesiones con hasta cinco destinos. Siempre marcó allá donde estuvo porque el gol en ocasiones es una cuestión tiene más que ver con el instinto que con el talento.

A otros les cuesta más. Por ejemplo a Riki, un titán en cuanto a condiciones, con velocidad, desmarque y disparo, pero al que no le sobra puntería. Amante y practicante de la actividad cinegética como es, atesora las virtudes del buen cazador: es paciente y tenaz. Empezó desperdiciando una oportunidad ante Adrián que figurará entre lo más granado de su catálogo de imprecisiones. El gol, apenas pasado el cuarto de hora, hubiera abierto otro partido y de paso premiado las iniciales buenas intenciones del Deportivo, que durante el primer tramo del partido recuperó la pelota más arriba de lo acostumbrado y con ello no solo generó caudal ofensivo sino que aisló su portería de zozobras. Ya se sabe que para defender bien nada mejor que evitar que la pelota se acerque por la zaga. El Betis no lo pasó bien, tuvo problemas para encontrar a Beñat y sus hombres rápidos se quedaron sin lanzador. El Deportivo era más. Falló Riki, pero apareció Valerón, que envió un remate al larguero desde la cabeza del área. Pizzi y Bruno Gama eran Zipi y Zape, bulliciosos, peleones, imaginativos. Las dos apariciones de Rubén desnortaron al Deportivo, pero Riki se cobró dos piezas antes de que Oltra tirara la brújula al mar.

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