“Simeone está como si fuera a jugar él”
Filipe Luis, el lateral de la Liga que lanza más centros al área, resume las ganas del técnico rojiblanco y su plantilla ante el derbi y repasa su carrera con parada en el Castilla a los 20 años
Enfundado en un tres cuartos negro con capucha, vaqueros oscuros de pitillo, deportivas a lo The Strokes y esa media melena principesca, Filipe Luis, uno de los jugadores más en forma del Atlético, podría pasar sin problemas por un personaje de Mallrats. Quizá esa apariencia externa, juvenil y rockera, sea el signo más visible de lo que queda de aquel chico que con apenas 20 años aterrizó en el Real Madrid como un prometedor lateral izquierdo con pedigrí brasileño, con todo lo que eso conllevaba de valor añadido para su demarcación. “En Brasil tenemos una gran tradición de laterales, yo me identifico con Leonardo, pero la referencia mundial es Roberto Carlos. Ha sido el mejor”, asegura antes de pasar a recordar su pasado madridista. “Para mí no he jugado en el Madrid, jugué en el Castilla que es completamente diferente, es como si fuera otro club”, reflexiona para luego tratar de explicarse: “Estás muy cerca del primer equipo, pero a la vez muy lejos, no contaban con nosotros. Yo por lo menos no tuve una oportunidad, pero el paso por el Castilla me ayudó a adaptarme al fútbol español”. “Conservo muchos amigos”, abunda, y los enumera de carrerilla: “Arbeloa, Soldado, Javi García, Agus, Borja Valero, De la Red, Jurado…”.
“He superado con creces el nivel que tenía antes de mi lesión en 2010”
Entre aquel año de blanco y el presente, cuatro años de progresión en el Deportivo, un traspaso frustrado al Barcelona y una fractura de peroné con luxación de tobillo que sembró la duda de si volvería a ser el que fue. “He superado con creces el nivel que tenía antes de mi lesión en 2010. Antes era irregular, mucha gente veía solo mis mejores momentos en los resúmenes, los goles o las asistencias. He mejorado en defensa, soy más contundente, centro más, y tengo más llegada. He dado ya más pases de gol en el Atlético que en el Deportivo. También hago remates, aunque eso no lo he mejorado, lo tengo pendiente”. En el presente curso es el lateral izquierdo que más centros al área ha tirado 71, uno cada 16 minutos.
No se ha jugado el derbi, pero Filipe Luis parece disfrutarlo con antelación. “El Cholo está como si lo fuera a jugar él, tiene muchas ganas de ganarlo, igual que nosotros”. Su más que probable duelo con Di María lo imagina como “una bonita guerra” en la que “los dos nos conocemos mucho”. “No sé cuanto subiré la banda, pero lo que sí estoy seguro es de que vamos a tener ocasiones arriba. Tendremos que estar muy atentos a sus contragolpes. Los dos equipos nos parecemos mucho en lo de robar y salir a la contra, pero los presupuestos son muy distintos”.
“Para mí no he jugado en el Madrid, jugué en el Castilla que es completamente diferente, es como si fuera otro club”
El discurso de Filipe Luis es convincente y muy maduro, a veces, hasta introspectivo. “A medida que te haces mayor, parece que te gusta más la soledad”, dice cuando se le hurga en una de las debilidades que le producen paz interior. Cuando puede se escapa a la sierra de Madrid para encontrarse a sí mismo en medio de la nieve: “Este año aún no he subido porque no había nieve, allí tienes algo más. La vi por primera vez con 19 años en Holanda. Cuando estoy solo en medio de la nieve y me pongo reflexionar sobre la vida o sobre el fútbol, siempre encuentro una solución. También me pasa con un río, o en una iglesia. Me gusta mucho la naturaleza, mi abuela vive de la agricultura y de la ganadería y cuando voy a Brasil estoy mucho en el campo. El estado de Santa Catarina es precioso, enorme, casi tan grande como España, tiene 400 kilómetros de playa, llueve mucho y los arboles son amazónicos”.
Asegura que el carácter del brasileño del sur, de donde él procede, “es diferente, es como si fuera otro país”. Allí se hizo profesional a los 16 años con el Figueirense. “Sabía que mi cuerpo no estaba preparado físicamente para el fútbol, pero le eché valentía y descaro. Cobraba 100 euros al mes y me sobraba”, recuerda del paso por el club de su tierra. El estado de Santa Catarina fue poblada por alemanes y polacos, de ahí sus rasgos centroeuropeos, cabello rubio y tez blanca. “Si fuera un perro, sería un chucho, un perro callejero, en mi sangre hay de todo”, bromea sobre el crisol de nacionalidades que conforman sus raíces. “La familia de mi padre es polaca e italiana y la de mi madre austriaco-alemana y también italiana. La pena es que no hablo ninguno de esos idiomas, porque cuando los mayores los hablaban en casa se utilizaban como armas para que no entendiéramos lo que decían. Pero eso me ayudó para adaptarme rápidamente a Europa”.
Filipe Luis aterrizó con 19 años en el Ajax. “Sé que es difícil, pero me gustaría volver a jugar allí… Ahora, con 27 años sé que lo disfrutaría, aprendí mucho tácticamente en el Ajax, pero también me he dado cuenta de que la cultura holandesa es una cultura a estudiar por su educación y forma de vida”.
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