Los nervios y la pista, en contra

No pudo ser. Faltó poquito, pero España murió en la orilla. Hemos podido vivir lo que es la Copa Davis en su máxima expresión. David Ferrer nos ha permitido soñar y pensar en una dificilísima remontada. Pero Stepanek nos devolvió a la realidad. Sinceramente, después de ver el nivel que ofrecieron tanto Ferrer como Almagro en el primer día, me hizo pensar que ganar en la última jornada era posible, pero me equivoqué en un detalle importante. El excelente nivel de Ferrer no me dejó ver al verdadero Stepanek. Jugó de tal manera los dos partidos que ha hecho que el número 6 y el 37, jugando en su superficie favorita, parecieran mediocres. Mérito total de David, sin duda. Pocas veces he visto a Berdych jugando en unas condiciones para su juego inmejorables, ser vapuleado de esa manera, recibiendo un recital de tenis. Luego le ha tocado saltar al ruedo a Nico Almagro. Le tenía mucha fe después de ese partidazo ante Berdych, aunque la situación era muy diferente. El primer día, con poco que perder, fue capaz de soltar el brazo y jugar como él sabe. Me encantó cómo encaró el partido, aunque se le escapó por detalles.

A Nico quizás le perjudicó el no saber si iba a disputar la final hasta el miércoles por la noche

Pero cada día es distinto y la situación de hoy era de tensión máxima, algo normal dada la responsabilidad que tenían que soportar. Hemos visto a dos jugadores muy nerviosos, con la diferencia de que uno jugaba en la superficie en la que creció, y el otro no. A Nico, las condiciones de la pista no le favorecían en absoluto. En tierra batida, cuando estás nervioso, la superficie te permite intentar poner la pelota dentro como sea y correr: puedes recuperar. Esta superficie tan rápida hace que defender sea muy difícil y no te baste el meterla y correr, necesitas algo más. Hay poco que reprochar a Almagro, lo ha dado todo incluso sin tener su mejor día. Y ha demostrado ser un jugador válido de cara al futuro. Quizás le perjudicó el no saber si iba a disputar la final hasta el miércoles por la noche. La Davis es una competición muy peculiar y distinta de cualquier otra.

Recuerdo cuando yo estaba en el equipo que a los jugadores nos gustaba saber el domingo anterior cómo quedaba configurado el equipo para tener los objetivos claros. Obviamente, si pasaba algo durante la semana, entendíamos que pudiera haber algún cambio, pero era bueno saber el rol de cada uno. La pregunta que se hará todo el mundo es si hubiera pasado lo mismo con Feliciano en el equipo. Es difícil de responder aunque es obvio que su superficie favorita era la de Praga, además de que tiene un cara a cara positivo ante Berdych.

Pero dentro hay un capitán y todo un equipo alrededor suyo que ve el día a día de los jugadores y tiene mucha más información. Debemos ser optimistas y ver que tenemos equipo con garantías de ganar en cualquier eliminatoria, por lo que la Davis 2013 no hay que descartarla ni mucho menos, aunque toquen varias eliminatorias fuera. Mucho ánimo a todo el equipo. Han caído, pero han dado la cara en todo momento. ¡Fuerza, campeones!