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“Estoy cansado; también preparado”

Berdych comienza su maratón de tres duelos en tres días con una victoria en 3 horas y 58 minutos

J. J. M.
Berdych celebra el triunfo ante Almagro
Berdych celebra el triunfo ante AlmagroDAVID W CERNY (REUTERS)

Una cifra preside la medianoche en el O2 Arena de Praga, los mismos dígitos están en la boca de Tomas Berdych y en los labios de Nicolás Almagro: 3h 58m, lo que tarda el checo en firmar su victoria sobre el murciano, presente triunfal, futuro negro, esperan en la selección, porque el número uno local debe aún jugar hoy y mañana otros dos partidos con las piernas previsiblemente agotadas.

“El domingo se hará balance de si afecta o no”, resumió Àlex Corretja, el seleccionador español, sobre la paliza que se metió el número seis del mundo. “Dentro del esquema de juego de Nico sabíamos que le podía hacer un partido largo, de desgaste, y tenemos la sensación de que físicamente le hemos dejado tocado, pero no sabemos si va a influir de cara al fin de semana”.

Corretja: "Sabíamos que Nico le podía hacer un partido de desgaste y que físicamente le hemos dejado tocado, pero no sabemos si va a influir de cara al fin de semana"

Bien pasada la media noche, Berdych apuró la rueda de prensa y se preparó para el masaje y la cena. Acostado de madrugada, hoy debería volver a la pista a las 14.00 para el dobles y debería hacerlo el domingo de nuevo (13.00) para el cuarto punto. Recién duchado tras un encuentro tremendo, duro como el granito, intentó despejar cualquier duda: “Estoy cansado, por supuesto, pero estar cansado y no estar preparado para el siguiente partido son dos cosas diferentes. Estoy listo”.

El mismo agotamiento, pero este más en la confianza que en el físico, debió sentir Radek Stepanek tras su derrota frente a David Ferrer: solo ganó el 51% de los puntos que lanzó con su primer saque y el 58% de los que peleó con el segundo. “Quizás la clave fue el resto”, dijo el alicantino, excelente en el arte que domina con maestría. “La gran diferencia estuvo en el servicio”, le prolongó su contrario checo, cariacontecido tras la derrota, con el pelo revuelto y la sonrisa rota. “No recuerdo haber servido tantas dobles faltas (6) en un partido, perdí totalmente el tempo. Lo eché en falta. No pude ponerle bajo presión con un alto porcentaje de primeros (solo 56%), cargando contra la red, siendo activo y cambiando el ritmo”.

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Sobre la firma

J. J. M.
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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