La revancha del estratega
Gracias a su capacidad de adaptación, Federer ha vuelto a ocupar con 31 años el trono del tenis y a ganar un grande por primera vez desde el Abierto de Australia 2010
Fue una victoria conquistada en la red, como un filibustero, al grito de “¡al abordaje!”. El Roger Federer de los viejos tiempos llevando el fuego del partido contra la raqueta de Andy Murray en las semifinales de la Copa de Maestros, atacando y atacando al verse desbordado en el juego de fondo. Clasificado finalmente (7-6 y 6-2) para el encuentro decisivo de la cita de los maestros, que le enfrentará a Novak Djokovic, a buen seguro que el suizo volverá a reivindicarse como estratega, subrayará su capacidad de adaptación y pondrá el broche al curso de su revancha: tras cerrar 2011 sin ganar un grande por primera vez en más de un lustro, Federer consiguió volver en 2012 al número uno mundial —ahora en manos de Nole—, batió el récord de semanas en el trono, superando las 300, y se apuntó su decimoséptimo grande (Wimbledon). Todo, con 31 años y dos niñas siguiéndole por el mundo.
A veces subestimamos cómo influye la adaptación de tu juego al del otro” Roger Federer
“A veces subestimamos lo que influye en el resultado cómo se adapta tu juego al del otro”, valoró el suizo sobre cómo había variado su estrategia frente al británico, la señal de que sigue siendo el tenista con más recursos y más planes alternativos a su disposición. “Evidentemente, observé que yo había perdido los dos últimos partidos contra él”, continuó. “Pensé que dependía de mí cambiar las cosas completamente, construir un plan de juego que fuera totalmente diferente del de la final de los Juegos o al partido de Shanghái \[perdió en ambas ocasiones\]”, argumentó. “La presión estaba sobre mí. Estoy feliz por las opciones que elegí junto a mi equipo de entrenadores”, añadió. “Jugué al ataque y obtuve resultados”.
De todos los departamentos estadísticos que miden el desempeño de un tenista, Federer solo dominó uno en 2012. No fue, sin embargo, uno cualquiera: el suizo fue el tenista que ganó más puntos allí donde más peligro corren los sacadores, ahí donde gobiernan los restadores, justo por donde se deshilachó su temporada de 2011. El actual número dos fue el mejor en puntos ganados con segundo saque (60%). Eso, además, tuvo efectos terapéuticos sobre su primer servicio: consciente de la seguridad que le proporcionaban los datos, se pudo permitir el riesgo en el inicio de la jugada, lo que le convirtió en el tercer tenista que más juegos al servicio sumó durante la campaña (91%).
El campeón construye su asalto al resto desde la seguridad de un saque recuperado
Con ese panorama, Federer se multiplicó como peligro para sus contrarios. Como pudo comprobar Murray, asegurar su saque permite al campeón de 17 grandes vivir al resto con la libertad del que no se juega nada. Desencadenado, Federer asaltó la red contra Murray y tras recuperar un break, igual que contra otros dispara restos ganadores arriesgadísimos o ataques furibundos desde el fondo. A los 31 años, Federer recupera peor que nunca, necesita más horas de descanso y tiene momentos de desconexión, lagunas que nunca tuvo cuando dominaba el circuito con puño de hierro. Hay algo, sin embargo, que une al Federer de hoy con el de ayer y probablemente con el de mañana. Así describió lo que le conecta a Djokovic, el hombre que le ha desplazado del número uno del mundo: “Los dos proponemos un tenis agresivo. Somos atacantes naturales”.
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