_
_
_
_

El ventanal de Cazorla

El menudo futbolista ha encontrado su mejor versión después de que Wenger le sitúe como mediapunta Del Bosque cuenta con él para dinamizar el juego de España

Jordi Quixano / Luis Martín
Cazorla observa a Torres y Alonso en una acción del entrenamiento.
Cazorla observa a Torres y Alonso en una acción del entrenamiento.JAVIER SORIANO (AFP)

Cuando Ossie Ardiles llegó al Tottenham en el ocaso de la década de los 70, no fueron pocos los que se mofaron de su condición física, retaco y enjuto, raquítico para el fútbol eléctrico y de choque que se destilaba en la isla. Las miradas de sospecha, sin embargo, se disiparon cuando gobernó el cuero, como también le ocurrieran a esos bajitos geniales como Best, Dalglish, Keegan, Zola... Ahora, dos meses después de su llegada al Arsenal, donde actúa como el quarterback definitivo, Santi Cazorla (Asturias; 1984), 1,70 metros, ha enamorado a Inglaterra por su manera de conjugar el cuero y descontar rivales. “En poco tiempo se ha hablado más de mí que en los años que jugué en España, pero es que en el Arsenal me siento cómodo”, admite. Por eso ha sido escogido el mejor gunner en los dos primeros meses.

Su incidencia en el juego parece haberle abierto también un ventanal mayor en la selección, donde mantiene el teórico papel de jugador 12 —“Llevo bien este rol, para mí es un privilegio estar aquí”, defiende— y ahora se presume titular frente a Bielorrusia, toda vez que se presupone a Busquets central y a Iniesta, que hace poco salió de una lesión, en el banquillo. “Jugar con Xabi Alonso detrás y con Xavi al lado es un lujo. Son los mejores como también lo es Busi, Cesc...”. Lo mismo piensa el técnico gunner Arsène Wenger de Cazorla: “Si te gusta el fútbol, tienes que verlo”.

“Ninguna posición de ataque me parece complicada”, resuelve el futbolista ‘gunner’

Quedó patente en el primer encuentro de la Premier, cuando se midieron con el Sunderland. “Empatamos a cero, pero él solo nos puso en apuros muchas veces”, explica el zaguero Carlos Cuéllar, sorprendido antes del duelo porque Santi apenas expresaba nerviosismo. “Sonreía, como siempre, quizá porque al final esto es fútbol y él lo lleva en la sangre y las botas”. Aunque más de uno, como le ocurriera a Ardiles, recelara de su estatura. “Alguien, al verlo por primera vez, debió pensar que iba a sufrir lo suyo en la Premier”, cuenta Mikel Arteta, también del Arsenal. “Da igual que sea bajo”, interviene Bruno, excompañero del Villarreal; “porque le das el balón y hace lo que quiere”. Se añade Ignacio Camacho, excompañero en el Málaga: “La altura no le importa, sobre todo porque tiene mucha fuerza en las piernas y aguanta todo”. Y se suma el propio Cazorla: “Antes, si no eras alto o fuerte parecía que no podías jugar en ningún equipo; ahora importa más lo técnico”. Así, Arteta, iniciada la sesión, reflexionó: “Cuando le vieron tocar el balón, pensaron que había salido barato (15 millones)”.

Lo contrario pensaron en Villarreal hace dos años y en Málaga el verano anterior. “Fue una decepción porque perdimos a un gran futbolista a nivel personal y profesional. Le echo de menos antes de los partidos; hablábamos sobre cómo afrontar a los rivales”, revela Bruno. “Hemos hecho un buen equipo, pero su baja es muy importante porque tiene cientos de destellos sorprendentes”, concede Ignacio Camacho.

Quizá por eso Wenger, que le ha dado la titularidad en todos los encuentros menos en el de la Copa de la Liga ante el Coventry, de Championship, le comparó con el fantástico Glenn Hoddle, icono del Tottenham hace poco más de tres décadas. “Zurdo, diestro, no se podía decir qué era. Como Cazorla. No recuerdo a ningún otro con el que he trabajado que pudiese hacer eso con los dos pies”. Camacho lo ratifica: “¡Buf! en los entrenamientos tiraba una falta con la derecha y la siguiente con la zurda y las dos se colaban por la escuadra”. Pero Cazorla le quita mérito: “He tenido la suerte de defenderme bien con las dos piernas desde niño”.

La suerte de Cazorla, en cualquier caso, parece la reconversión a la que le ha sometido Wenger, de la banda a la mediapunta. “Le ha dado la vida porque se siente protegido”, tercia Arteta; “por eso siempre le buscamos, porque marca las diferencias”. Lo asume orgulloso Cazorla: “Es la responsabilidad que siempre he buscado”. Aunque en el vestuario, sonriente, también es protagonista. “Es un cachondo, siempre con la broma preparada”, cuenta Bruno. “Un fenómeno, pero también un vacilón ¿eh?”, agrega Camacho. “Aquí no se ha soltado tanto”, interviene Arteta; “no domina el inglés, pero ya se ganó a todos el día que le tocó cantar ante el grupo —la novatada habitual del Arsenal— La Macarena”. Aunque Cazorla, por el momento, se relaciona más con Vermaelen, Mertesacker, Podolski y Arshavin, con quien suele sentarse a comer.

Arteta: “Actuar en el centro le ha dado la vida porque está protegido y siempre le buscamos”

Solo ha habido dos cosas que le hayan preocupado a Santi desde que llegara a Inglaterra, más allá de encontrar la casa y colegio para el niño en el barrio de Hamstead: el idioma y las cortinas. “Me preguntaba mucho por cuánto tiempo tardaría en cogerle el truco al inglés”, cuenta Arteta. “Los jugadores deben hablar en el terreno de juego, que es lo que hace Cazorla”, le alaba Wenger. “No me agobio. Voy a clases y ya lo iré pillando”, responde Cazorla, que al tiempo trata de adaptarse al sushi —“eso se le complica, pero ya le he dicho que en las cenas de equipo es lo que toca”, apunta Arteta— y a los rayos de sol de buena mañana. Resulta que al dormir el primer día en casa, porque ya estaban hartos del hotel, se dieron cuenta de que no había cortinas y las ojeras que tenía le acusaban injustamente de una noche de fiesta. “Ahora tiene cortinas, pero se queja porque algo de luz se filtra...”, cuenta divertido Arteta.

Luz como la que da en el Arsenal —“será el preferido de la afición”, auguró Wenger— y como la que pretende aportar en la selección de volante, extremo e incluso de falso punta. “Ninguna posición me parece complicada porque he jugado muchos años en todos lados”, argumenta; “aunque con la selección, al contrario que en Inglaterra, que es un fútbol es más abierto y menos táctico, hay que tener paciencia porque te mides con rivales cerrados”. Él, por si acaso, tiene el ventanal abierto.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_