“El trabajo tiene su recompensa”
Joaquín es el segundo español, tras Soler, que juega la ‘Champions’ con tres equipos
Joaquín no puede dar un paso por Málaga. Reclamo continuo de los aficionados, el extremo es la cara más alegre de un equipo que ha hecho historia con su primera clasificación para la Liga de Campeones y que esta tarde, ante el Zenit, prolongará su sueño después de un verano de pesadilla. Será una cita especial para Joaquín, que está dispuesto a seguir batiendo registros. El sábado, por ejemplo, se convirtió en el jugador en activo que lleva más temporadas seguidas (12) marcando goles en la Primera División.
Debutó Joaquín en la élite con el Betis en 2001 y hoy, en La Rosaleda, ante el Zenit, el gaditano se convertirá en el segundo futbolista español que ha jugado la Liga de Campeones con tres equipos españoles distintos. Primero lo hizo con el propio Betis en 2006; luego, con el Valencia en 2007, y ahora, en 2012, con el Málaga. Solo el lateral ya retirado Miquel Soler presenta un expediente así tras jugarla con el Barcelona, el Madrid y el Mallorca.
Sin Pellegrini, todo se habría derrumbado. Es la base sobre la que nos sostenemos”
“Es un orgullo muy grande jugar la Liga de Campeones en los tres equipos de Primera en los que he desarrollado mi carrera. Significa también que el trabajo bien hecho tiene su recompensa”, dice Joaquín, que está viviendo en la Costa del Sol una segunda juventud.
No obstante, los impagos del club vividos a lo largo del verano mermaron la habitual sonrisa del andaluz. “Ahora las cosas están mejor, pero lo que hemos pasado ha sido duro. Lo hemos superado por la gran profesionalidad que ha demostrado esta plantilla y porque hemos encontrado en Pellegrini una base en la que sostenernos. Sin él, todo se habría derrumbado”, proclama antes de recibir al Zenit.
“Es un sueño para la afición del Málaga disputar esta competición. Me gustaría decir que vamos a jugar la final, pero lo seguro es que intentaremos llegar lo más lejos posible. El Zenit es un equipo con una gran tradición en las competiciones europeas y, además, se ha reforzado últimamente con dos jugadores de la talla de Hulk y Witsel. Nosotros hemos hecho un gran inicio de Liga y queremos el triunfo, pero sabemos que no será fácil”, indica el delantero, quien no puede olvidar referirse al duelo que tiene enloquecida a toda Málaga: el enfrentamiento con el Milan: “Puestos a soñar, me gustaría ganar por 0-3 en San Siro. Es el doble envite que todo malaguista desea que llegue cuanto antes, pero hay que ser cautos, tener los pies en el suelo e ir paso a paso”.
Joaquín, que vive en una urbanización en Benalmádena, tiene como vecino a Fernando Hierro, que fue director general del club. Antonio Fernández, anterior directivo deportivo y él, hicieron mucho para que fichara por el Málaga. “Es una pena que ya no estén en la entidad. Se dicen muchas cosas, pero eran dos hombres importantes. Ahora ha cambiado todo, pero los futbolistas hemos tenido la habilidad de dejar a un lado los problemas y saber competir para alcanzar todo lo que hemos alcanzado”, comenta Joaquín.
Vivimos en nuestro mundo y fuera llueve mucho. Hay que hacer feliz a la gente”
Después de Demichelis, el portuense es el jugador de la plantilla que más partidos ha disputado en la Liga de Campeones: 24, logrando un gol. En total, ha disputado 56 encuentros entre todas las competiciones que organiza la UEFA. “Me siento bien. Son muchos años en Primera, pero no pierdo la ilusión. Cada día me levanto con ganas de entrenarme y muy ilusionado por seguir batiendo retos. Ahora tenemos uno muy bonito por delante: hacer historia en la Liga de Campeones con el Málaga”.
En estos tiempos de crisis, Joaquín reconoce que el fútbol vive en su particular burbuja: “Tenemos cierta responsabilidad a la hora de hacer feliz a la gente. Nosotros vivimos en nuestro mundo y fuera está lloviendo mucho. Salir de entrenarte y ver a la gente ilusionada, con ganas de pasarlo bien con su Málaga, es otro de los alicientes importantes para mí”. A sus 31 años, con dos Mundiales y una Eurocopa a sus espaldas, no esconde su sonrisa eterna, también la de toda una ciudad y una afición volcadas con este histórico Málaga.
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