“Tendré que tapar agujeros como Sergio Busquets”
Marc Gasol destaca la labor defensiva de España en el torneo, aunque dice que ataque en no estuvieron a su nivel
Marc Gasol está a punto de culminar una magnífica temporada en la que fue All Star de la NBA y ahora, a sus 27 años, aspira de nuevo al oro olímpico. El pívot de la selección española admira a las estrellas de la mejor Liga del mundo, pero no siente ningún tipo de complejo y está completamente convencido de que la final será “bonita” y “muy competitiva”.
Pregunta. Cuando celebraron el triunfo ante Rusia, ¿pensaron que el objetivo en los Juegos Olímpicos ya está cumplido?
Respuesta. Uno de los objetivos era llegar a la final, pero la ambición de cada jugador es máxima y queremos ganar la medalla de oro. Parte del objetivo está cumplido, pero queda otra parte, la más bonita.
P. ¿Deben afrontar la final de forma muy diferente a lo que lo harían si enfrente estuviese otro rival?
R. Es una final y contra este equipo tienes que jugar a un ritmo diferente. No te puedes centrar en un jugador, por eso tenemos que jugar en equipo, para minimizar sus ataques, cosa que es muy difícil.
P. ¿Deberán defender muy bien su juego exterior dado que juegan mucho sin pívots?
R. Tienen varios jugadores que se meten dentro de la zona y a partir de ahí la sacan fuera. Están jugando de manera muy generosa. Están moviendo muy bien la pelota, con primeros espadas, con cuatro o cinco tiradores al mismo tiempo y es una dificultad añadida, pero también es bonito competir de esta manera.
P. ¿Se puede comparar su estilo con el del algún otro equipo?
Hemos de intentar contenerles lo máximo posible en el medio del campo, que no puedan correr
R. No, porque salen con un cinco típico y luego aparece rápidamente Carmelo Anthony y juegan con cinco pequeños, que en realidad no son pequeños porque miden 2,08 metros y pesan 120 kilos. Ya veremos, será divertido. Son exteriores, rápidos de movimientos y juegan muy rápido, con muy buen tiro. Si tiramos mal y perdemos pelotas, tendrán la opción de correr y eso será peligroso.
P. Tendrán que hacer valer su juego interior.
R. Tenemos que hacer algo por dentro, ya veremos. Explotar nuestros puntos fuertes y el más fuerte es la unidad del equipo. Los exteriores no funcionan cuando los interiores no van bien, ni al revés. Todos nos necesitamos.
P. ¿En qué han estado más fuertes y en qué deberían haber estado mejor?
R. Lo mejor del torneo ha sido nuestra consistencia en defensa en los cuartos de final y en las semifinales, porque sin duda en ataque no hemos estado a nuestro nivel. Defensivamente hemos rendido muy bien sobre todo en intensidad y en entrega. En ataque, durante la segunda parte contra los rusos, entraron y pudimos ser un poco más nosotros. Lo peor ha sido la inconsistencia demostrada en los primeros partidos, pero estamos un poco acostumbrados, nos pasa bastante.
P. Pero no están acostumbrados a esa horrorosa primera parte contra Rusia. ¿Cómo se lo explica?
R. No, eso no. No estábamos jugando nuestro juego. No teníamos el día, no estábamos clarividentes. Poco a poco encontramos nuestras opciones, a jugar de dentro afuera y todo fue un poco mejor. Durante la media parte nos dijimos que se trataba de no perder los nervios, de seguir defendiendo igual porque ellos estaban en 31 puntos. Y muchos de los tiros que fallamos eran abiertos.
P. Todo eso provocó dudas respecto a su juego y a su rendimiento a lo largo del torneo.
R. Se puede dudar todo lo que se quiera, pero estamos haciendo algo histórico, en una final olímpica. Llegamos a la final y todavía se ponen cosas en duda. Se ha de disfrutar y ya está y valorar las cosas como son.
P. Otra dificultad será defender las tremendas rachas que han demostrado ser capaces de lograr los americanos.
R. Sí, a veces consiguen 15 puntos en menos de dos minutos. Eso quiere decir que no te tienes que dejar… Si te meten una, no debes entrar en su juego porque es muy rápido, de mucha transición. Es de un pase, dos pases y tiro. Son muy peligrosos. Hemos de intentar contenerlos lo máximo posible en el medio del campo, que no puedan correr, e intentar hacer nuestro juego en ataque.
P. ¿Su juego lo definiría como muy NBA?
R. Es muy abierto. Me recuerda más bien, por estilo y por jugadores, al tipo de juego que impone Mike D'Antoni en sus equipos, con pick and roll, transición, muy abierto, todo el mundo tirando mucho, de tres sobre todo. Será una final curiosa, bonita.
Si tiramos mal y perdemos pelotas, tendrán la opción de correr y eso será peligroso
P. Tendrá que emparejarse con Anthony, con Lebron… jugadores con los que no lo hace habitualmente. ¿Le impone eso algún tipo de tarea diferente?
R. Bueno, también ellos tendrán que emparejarse con nosotros ¿no? Son jugadores de un talento máximo en ataque, únicos. Intentaremos que la fuerza de nuestro equipo pueda pararlos. Tendré que entrar más fuera de la zona que es donde yo puedo ayudar a mis compañeros, como Sergio Busquets, que debe tapar los agujeros de la defensa e intenta ayudar a todos. Esa será una de mis labores. Estaré más fuera y es más difícil llegar dentro para estar al tanto de Carmelo o de quien sea.
P. ¿Recuerda el día antes de la final de Pekín?
R. No. Recuerdo lo de después. Cuando acabó el partido tuve una sensación entre dulce y amarga porque jugamos muy bien, hicimos un gran partido, pero perdimos. Y aquí, al final, se trata de ganar.
P. ¿Conformarse es de mediocres?
R. Se tiene que competir. Aquí todos tienen un gen competitivo máximo. Todo el mundo quiere competir e intentar ganar el oro. No hay nadie que venga diciendo ‘vale ya está, ya podemos ir a dormir todos y ya está’. Ganar la medalla de oro sería para nosotros coronar el trabajo de varias generaciones que nos han enseñado a todos, desde Garbajosa, Carlos Jiménez o Raúl López a Ibaka, Rudy Fernández o Ricky Rubio".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.