Terapia de choque

Feliciano López y David Ferrer rugen a dúo cuando llega el que debe ser el punto culminante de las semifinales del torneo de dobles que les enfrenta a los franceses Jo Wilfried Tsonga y y Michael Llodra. Es 3-6, 6-4 y 9-8. Ya han terminado su paseo por el tenebroso valle en el que se han adentrado tras desaprovechar 3-6, 6-4, 1-0 y 40-0 con saque del toledano. Pronto se colocan los españoles con 0-40. España está a tres puntos de asegurarse una medalla en la final contra los hermanos estadounidenses Bryan. España, a tres puntos de prolongar la racha ininterrumpida del tenis, con premio en todos los Juegos desde que le hicieron deporte olímpico, allá por Seúl 1988. España, finalmente, que se queda con la miel en los labios, sin partido decisivo tras desaprovechar esos tres puntos de partido a favor con 8-9 y otro con 10-11. "Increíble, increíble", musita Feliciano, abocado ahora (3-6, 6-4 y 18-16) con Ferrer a competir por el bronce contra los franceses Benneteau y Gasquet.

La táctica la diseña Feliciano; la ejecución de la estrategia, corre por parte de Ferrer

"¡Vamos leones!", gritan los españoles. Sobre la hierba de Wimbledon, el encuentro pronto se convierte en una selva en la que enseguida queda claro quiénes mandan en la manada y quiénes van a rebufo. En la dupla francesa, Tsonga es el león que ruge y Llodra quien necesita de su protección y ayuda, como demuestra que entregue el saque la primera vez que sirven los franceses por el partido (13-12). En la pareja española, Ferrer es el termómetro, el que marca la temperatura de la pareja. Esta es la dinámica. La táctica la diseña Feliciano: hay que atacar el saque de Llodra, hay que buscar su revés a una mano. La ejecución de la estrategia es de Ferrer: él es quien percute, el que busca y fuerza; él es el que levanta a Feliciano de la decepción de la ventaja perdida en el tercer set; él el que se busca la vida en la red y el que pierde el saque en los juegos fundamentales de la tercera manga. Pero sufre con su saque.

Con el agua al cuello, crecen los dos, salvan un 0-40 sobre el saque de Ferrer con 14-14, y entregan de nuevo el servicio del alicantino con 16-16

Cada pareja fuerza al máximo a su diana de la dupla contraria. El primero que se rompe por dentro es Llodra, que ofrece esos tres puntos de partido con su saque, un 0-40 que son tres puntos de medalla para los españoles. El de París, sin embargo, se rehace con tres buenos saques y un ace de segundo servicio. La presión es entonces para Feliciano. Sufre el toledano. Aguanta, celebrando cada punto, cerrando los ojos y el puño, manteniendo vivo su sueño. Cuatro puntos tiene España y cuatro desaprovecha. Es finalmente Ferrer quien cede su saque, es Feliciano quien lidera el break salvador cuando Llodra sirve (13-12) para darle la victoria a Francia. Tras un partido entero buscándose, los españoles se encuentran en el momento decisivo. Con el agua al cuello, crecen los dos al mismo tiempo, salvan un 0-40 sobre el saque de Ferrer con 14-14, y entregan de nuevo el servicio del alicantino con 16-16. 

La victoria es de Francia. La difícil terapia, de la pareja española: recordar que pese a la semifinal perdida aún pueden ganar una medalla.