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En horas bajas en política y en deporte

Las dificultades de la isla ponen nuevamente a prueba su retroceso en la élite

Dayron Robles en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008
Dayron Robles en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008Reuters

Cuba no es lo que era ni en política ni en deporte. Su crisis es otra crisis, pero siempre estructural y económica. La falta de medios, o quizá el hartazgo general, ha tocado incluso los órganos esenciales de un cuerpo pequeño, pero muy lujoso en otros tiempos subsidiados por la URSS. Ser campeón cubano ya es mucho menos rentable que desertar en busca de futuro.

Quien mejor vive en la isla no es cualquier medalla de oro, sino el que tiene familiares más ricos en Miami, de donde vienen los dólares. Por eso todo se ha convertido en una sangría cada vez más difícil de parar y las posibilidades de medallas han disminuido. A Pekín fueron 165 deportistas. A Londres, solo 110. Elocuente.

Solo resisten algunos privilegiados que ganan dinero (atletas, sobre todo, aunque deban pagar la comisión estatal), pero que tampoco tendrían buenas reconversiones si huyen. No podrían competir en años y sus carreras estarían casi sentenciadas. Pocos han sobrevivido tras dar el paso. Pero siempre hay candidatos por la desesperación y en cada presencia cubana, la pregunta es obligada pese a ser vigilados: ¿Cuántos deportistas desaparecerán esta vez?

Cuba logró solo dos oros en Pekín, aunque los rozó con 11 platas y 11 bronces. Y los dos campeones encabezan las nuevas opciones. Dayron Robles, plusmarquista mundial de los 110 metros vallas, buscará la revancha de su descalificación en los Mundiales de 2011 por agarrar a su gran rival, el chino Liu Xiang. Mijaín López, el gigante de los 120 kilos, también puede repetir el oro en lucha grecorromana, pero deberá desquitarse igualmente del turco Riza Kayaalp, que le ganó en los últimos Mundiales de 2011.

¿Cuántos deportistas desaparecerán esta vez?

Todo ha ido en contra de Cuba, hasta la desaparición del béisbol del programa olímpico, que al menos podía garantizarle el podio, aunque tampoco ya el oro. Las canteras se han resentido inevitablemente por las huidas. Algunas, tan claves como el boxeo o el voleibol, han sido significativas.

El primero fracasó en Pekín 2008 con solo cuatro platas y cuatro bronces tras arrasar en Juegos anteriores, pero vuelve a ser clave para salvar la cara. Julio César La Cruz (81 kilos) y Lázaro Álvarez (56) ganaron los últimos Mundiales. El voley ni ha clasificado al equipo femenino, ganador de los tres oros consecutivos en Barcelona 92, Atlanta 96 y Sidney 2000. En atletismo también aspirarán claramente a medalla las lanzadoras que fueron plata en Pekín, Yarelis Barrios, en disco, y la veterana martillista Yipsi Moreno, igualmente segunda en Atenas 2004. Y quedará la otra esperanza de combate, el yudo, sobre todo el femenino. Otras seis medallas en 2008, mitad plata, mitad bronce, lo avalan, pero el nivel también parece haberse resentido. Como todo.

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