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Cuando participar es el sueño

Arturo Casado, lesionado hace nueve semanas, esprinta lejos de Helsinki esperanzado para llegar a Londres

Carlos Arribas
Casado, tras vencer en los Europeos de 2010.
Casado, tras vencer en los Europeos de 2010.Vicens Gimenez

“Se corre mejor descalzo, de una manera más natural, con más flexibilidad”, dijo hace 52 años Onni Niskanen, el entrenador sueco de Abebe Bikila, mientras señalaba los increíbles pies del maratoniano etíope que acababa de ganar el oro olímpico en Roma, sobre el asfalto de la vía Apia, sus pequeños dedos menudos, los enormes dedos gordos, los finísimos tobillos, las durísimas plantas, como una capa de cuero curtido de varios milímetros de espesor. “Más de 42 kilómetros corriendo con este calor y ni una ampolla”.

“Correr descalzo es correr”, empezó a oírse por los corrillos del atletismo hace unos meses, la última moda, el último capítulo en el camino de la pureza, y Arturo Casado, siempre inquieto, siempre en busca del atletismo auténtico, lo creyó. “Empecé a correr descalzo en la hierba este año buscando sensaciones, pero creo que me pasé”, dice el madrileño, campeón de Europa de 1.500 metros. “Hay que hacerlo pero moderadamente, poco a poco, no con tanto entusiasmo como yo, porque correr descalzo es más natural, y el hombre ha nacido para correr descalzo, pero llevamos demasiadas generaciones corriendo con zapatillas amortiguadoras, y nosotros desde pequeñitos. Los músculos tendones y ligamentos se adaptan rápido, pero no los huesos”. Pocas semanas después de la experiencia, hace un par de meses, Casado se lesionó, fractura por estrés del segundo metatarsiano, el conocido como ‘mal del caminante’. Una lesión pejiguera justo en el peor momento, a pocos meses de unos Juegos Olímpicos, una cita cuatrienal. “Una putada”, asiente Casado, quien en 2011 se perdió, lesionado, el Mundial de Daegu. “Algo debió de influir el correr descalzo por la hierba, lo que en el fondo me ha venido bien, pues lo peor de una lesión es el no saber cómo se ha producido, el miedo a romperse de nuevo en cualquier momento. Sé lo que tengo que hacer para no volver a cometer el error”.

Tengo todo en contra, pero nunca se sabe. Mi mente está con muchas ganas, y creo que el atletismo es sobre todo una cuestión de superación mental"

Para llegar a Londres, Casado deberá primero lograr la marca mínima (bajar de 3m 35,50s) y después ser uno de los tres elegidos en una prueba con una de las mayores densidades del atletismo español. Cuatro atletas poseen ya la mínima (Álvaro Rodríguez, David Bustos, Manuel Olmedo y Diego Ruiz) y otras figuras, como Juan Carlos Higuero, están seguros de conseguirla. “Lo primero es estar sano, y ya lo estoy, lo segundo será estar en buena forma, que creo que también estoy, y alcanzar una buena marca, lo que intentaré, seguramente, el 3 o el 8 de julio. Y lo tercero, ganar a los demás españoles para conseguir la plaza olímpica”, dice Casado, de 29 años. “Tengo todo en contra, pero nunca se sabe. Mi mente está con muchas ganas, y creo que el atletismo, y todos los deportes, es sobre todo una cuestión de superación mental. La mente es la que marca la diferencia”.

Tiene la cabeza en Londres Casado y el cuerpo preparado para responder a su voluntad. “En estas semanas que ha estado sin correr, no hemos dejado de trabajar”, dice su fisioterapeuta, José Antonio Bodoque, que tomó su recuperación como un desafío propio y se volcó. “Han sido semanas de trabajo en piscina, de bodytrek (elíptica), ejercicios con balones, ejercicios propioceptivos sobre planos inestables, magnetoterapia, baños de agua helada y masaje de drenaje en el pie. Todo con el fin de que perdiera la menor forma posible”. “Y no solo no he perdido forma, sino que estoy como nunca. He seguido sesiones de dos horas en la elíptica a umbral aeróbico, y eso se nota”, dice Casado. “Han sido sesiones de mañana y tarde, y ahora llega la recompensa. El trabajo está ahí”.

Para llegar a Londres, Casado deberá lograr la marca mínima (bajar de 3m 35,50s) y después ser uno de los tres elegidos en una prueba con una de las mayores densidades del atletismo español

Es martes, es 5 de junio, y por primera vez en siete semanas Casado está entusiasmado. “Ha sido un buen día, un punto de inflexión, ya creo que puedo llegar a Londres”, dice. “He hecho por primera vez desde la lesión series en la pista, 12 veces 300 metros en 45s con un descanso de 1m, y estoy perfecto. Londres está complicado pero no imposible”. Lo importante es participar, decía el padre del olimpismo, el barón de Coubertin, a lo que los cínicos respondieron que en efecto, que ganar no era lo importante, sino lo único. Casado, su pelea actual devuelve el valor al valor olímpico. “Participar es el sueño”, dice el atleta madrileño, que el mismo día que comienzan los Europeos de Helsinki volverá a calzarse los clavos por primera vez para correr hoy un 800 en Arganda, al lado de casa..

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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