Los egos carcomen a Holanda
En la concentración ‘oranje’ se vuelve a hablar de grupos y problemas históricos
Hay caras largas en la concentración holandesa en el hotel Sheraton. A los futbolistas les pesa la derrota ante Dinamarca y también el ir y venir del campo de entrenamiento al partido, del autocar al avión, de Cracovia a Kharkiv. No hay pausa y es difícil manejarse en la Eurocopa. La logística lleva de cabeza a muchas expediciones. También, a la viajera oranje, hoy en Ucrania.
“No es el mismo ambiente que en el pasado Mundial”, confirmó Sneijder después de un encuentro exclusivo de los jugadores con los periodistas holandeses. “Pero no es nada nuevo cuando se pierde un partido”, matizó. “No es necesario que seamos amigos para jugar juntos. No tengo la impresión de que vuelvan a existir clanes. Estamos aquí para ganar la Eurocopa”, añadió.
Sneijder es titular y habla como uno de los jefes de Holanda. Admite, en cualquier caso, la dificultad de controlar los egos en un equipo que cuenta con el máximo goleador de la Liga inglesa (Van Persie) y el de la alemana (Huntelaar) o con campeones como De Jong (Manchester City). Huntelaar, precisamente, y la mayoría de los suplentes no están muy de acuerdo con él.
Huntelaar mostró su cólera por no ser titular ante Dinamarca: no habla. Kuyt ya dejó dicho que no le había hecho ninguna gracia calentar el banquillo en el estadio Metalist. Y Van der Vaart ha puesto el grito en el cielo en Voetbal International: “Estoy decepcionado. El técnico tiene sus preferencias y ya se sabe que no cambia fácilmente de plan”.
Van Marwijk solo recurrió a Van der Vaart, Kuyt y Huntelaar cuando De Jong, Van Persie y Robben no habían podido encauzar el partido contra los daneses. Tampoco funcionaron como recurso. Así que en la concentración se vuelve a hablar de grupos y problemas históricos. Al margen de la retaguardia, siempre criticada, hay un interesante debate futbolístico.
Los centrocampistas señalan a los delanteros. Holanda desaprovechó un buen surtido de oportunidades contra Dinamarca. No hay manera de que Van Persie meta un gol en un partido oficial de la selección, no se pueden pedir responsabilidades al recuperado Afellay y ya se sabe que no hay delantero más egoísta y fatalista que Robben.
No es el mismo ambiente que en el pasado Mundial”, confirmó Sneijder
El desequilibrante zurdo holandés se reencontrará hoy con sus compañeros del Bayern Múnich. Tampoco es que en su equipo se lleve mejor con la gente que en la selección. Aunque ha renovado su contrato hasta 2015, los directivos del club bávaro le han recriminado su conocida trifulca con Ribéry en la semifinal de la Champions contra el Madrid y su pelea con Müller.
Beckenbauer le ha advertido: “Llegará un momento en que, si no muestras ninguna gratitud por un pase, el equipo no te dará la pelota. Tendrás que ir tú a buscarla”. Robben, sin embargo, no se da por enterado. Ni siquiera después de fallar un penalti decisivo en la final de la Copa de Europa contra el Chelsea ni de ser pitado por los alemanes en el partido amistoso Bayern-Holanda.
Acabado el duelo con Dinamarca, Robben se mostró más contento con su fútbol individualista que con el del equipo. Y es que los delanteros, en respuesta a las acusaciones de los medios, exigen una mejor selección de pases desde la línea de tres cuartos, asunto que compete especialmente a Sneijder y en cierta manera a la pareja Van Bommel-De Jong.
Acabado el duelo con Dinamarca, Robben se mostró más contento con su fútbol individualista que con el del equipo
Cruyff ha terciado desde México, donde asesora al Chivas, para ponerse a favor de Sneijder: “El equipo está partido en dos bloques y Sneijder se ve obligado a jugar demasiado lejos, unos 25 metros por detrás de los delanteros, tarea ingrata y agotadora. No se puede jugar con un doble pivote defensivo contra Dinamarca. La pelota estuvo demasiado tiempo en posesión de Van Bommel y De Jong. Hay que mejorar mucho y deprisa”.
¿Jugará Strootman? ¿Kuyt o Huntelaar entrarán por Afellay? ¿Está listo Mathijsen? Van Marjwick no tiene tiempo que perder porque Holanda se juega hoy su continuidad en la Eurocopa y nada menos que ante Alemania. Aunque no es una semifinal como en 1988 ni una final como en 1974, a los oranje no les está permitida la derrota en uno de los clásicos del fútbol mundial.
“Hay que ganar”, sentencia Van Marjwick, “pero es más fácil decirlo que hacerlo”. Acabó para el seleccionador la paz de Sudáfrica y empieza a sentir las mismas murmuraciones que en su día Advocaat, cuando se enfrentó a Gullit y Davids; Hiddink, Beenhakker o la mayoría de sus antecesores. No cambia el guion en Holanda. La muestra del ego es hoy Robben.
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